El cielo es tan azul; las nubes,
blancas y brumosas; las montañas, nevadas y erguidas; los
glaciares, misteriosos; los antílopes, paseando... La montaña
Altun, amplia y brillante, es como en un sueño lejano.
De repente unos disparos hicieron
temblar las nieves de la montaña. La gente vio que una tras otra
corrían los antílopes, con sangre saliendo de su cuerpo, cayendo en
la blanca nieve al pie de la montaña.
Del 28 de octubre al 13 de
noviembre, más de 100 oficiales y soldados de Xinjiang participaron
en la acción armada a gran escala contra la caza furtiva desplegada
por el gobierno de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang en la
reserva natural a nivel estatal de la montaña Altun. La acción se
denominó “Acción N.° 1” para la protección de la gamuza.
Lanzarse al ataque
El 5 de noviembre, a principios de
invierno, Urumqi, ciudad en el norte de la montaña Tianshan, se
despertó en una madrugada fría.
Un ruido claro hendió el cielo. Los
soldados, con casco de acero, uniforme antibalas de camuflaje y con
fusil automático en la mano, subieron con mucha rapidez a los autos
y salieron silenciosamente del campamento para reunirse en la
Dirección de Silvicultura de la Región Autónoma. En ese mismo
momento, llegaron sucesivamente los dirigentes de la Dirección de
Silvicultura, la policía de seguridad pública y el personal de los
departamentos concernientes. Esta acción, con el vicepresidente de
la Región Autónoma de Uigur de Xinjiang Xiong Huiyin como director
general, es una acción en la que ha participado los dirigentes de
mayor categoría y de mayor escala, así como el mayor número de
gente en la historia. Todo ello ha confirmado la decisión y la
confianza de la Región Autónoma en la protección de los animales
salvajes y en la construcción de un buen entorno ecológico.
A las 10 horas de la mañana, el
director general de la acción y el director del equipo general
comandaron el grupo de acción, dividido en dos líneas, para
marcharse hacia la reserva natural de Altun. En las ciudades, la
gamuza de la montaña Altun existe, en forma de unos párrafos de
letras secas e insípidas y de algunas figuras dispersas, en la
imaginación de la gente. En ese momento, estas letras y figuras
empezaron a moverse delante de los ojos, lo cual despertó la pasión
y el anhelo de lucha de los oficiales y soldados, quienes tenían
como su propia tarea la protección de los recursos forestales y de
fauna y flora silvestres. Los vehículos todo terreno corrían en las
autopistas. Delante de la vista, parecía entreverse las figuras
ágiles de los antílopes que corrían en el prado y paseaban en la
meseta de Hoh Xil.
El 7 de noviembre de 2002, distrito
de Ruoqiang, cerca de la reserva natural de la montaña Altun.
Fuera del hotel del gobierno del
distrito, los trabajadores estaban muy ocupados en pegar de nuevo
los números en los coches, y los grupos de combate ensayaban los
intercomunicadores y los transistores transmitían ondas eléctricas
para establecer el contacto con la retaguardia. El jefe general Guo
Shenghui padeció de faringitis por los intensos trabajos de
preparación continua de planes de acción y disposición de la acción
del ejército. Tomó una pastilla y levantó la muñeca para saber la
hora: eran las 9,35.
Poco después de salir de la ciudad,
el grupo de vehículos atravesó el famoso paso del tigre y llegó a
Kumudaban, serpenteando en el fondo de la gran desembocadura: a los
dos lados se erguían altos precipicios, impresionantes. A las
11,45, una montaña nevada gigantesca y fría con una altura de 4.183
metros se alzó ante sus ojos.
Una hora después de atravesar la
montaña nevada, se encontraron con unos asnos salvajes tibetanos,
los primeros animales salvajes vistos al entrar en la meseta. El
grupo de vehículos detuvo su marcha: todos contemplaban estos
animales agradables con telescopios u con los objetivos zoom de las
cámaras. Para la gente que ama la vida y la naturaleza es, sin duda
alguna, un placer poder, en un campo extenso, contemplar con los
propios ojos la carrera y la danza de los animales salvajes, y para
los oficiales y soldados forestales, esta sensación ya se convirtió
en una creencia y responsabilidad.
El atardecer de la montaña Altun fue
brillante y espléndido, las lejanas montañas nevadas fueron
pintadas con oro por el sol poniente. De repente, el grupo de
exploración descubrió en el horizonte que un camión corría a gran
velocidad. De inmediato el equipo de acción se puso a perseguirlo.
Al darse cuenta de que era perseguido, el chófer aceleró el camión,
cuyos neumáticos lanzaban mucha nieve. Tuvo que parar al ver que no
existía ninguna esperanza de huida. El equipo controló con mucha
rapidez al vehículo y a sus pasajeros. Descubrieron del vagón unos
diez sacos de artemias, que fueron pescados ilegalmente en el lago
de Jingyu.
Según la presentación del personal
de seguridad pública de la silvicultura, la artemia es un pienso
valioso para las platijas y es llamado “oro blando”: en el mercado
actual cada tonelada cuesta unos 30.000 yuanes. En los últimos
años, debido a la desenfrenada pesca de algunos desaprensivos,
murieron gran cantidad de peces en los lagos salados de las zonas
de protección por falta de alimentos.
Resultados preliminares
El 8 de noviembre, en el campamento
situado a una altura de 3.650 metros, por la falta de oxígeno, y
con un viento violento y un clima frío, los oficiales y los
soldados que dormían en las tiendas no pudieron cerrar los ojos por
la noche.
Al mediodía, el grupo de dirección
descubrió un coche y una tienda sospechosos en un lugar a 60
kilómetros del territorio de la acción N.° 1. Wang Liwei, subjefe y
uno de los “diez soldados fieles”, mandó de inmediato a los grupos
combatientes a cercar y controlar el objetivo. Al darse cuenta de
que se aproximaba la policía armada, las personas de allí quedaron
aturdidas y algunos de ellos intentaron huir. Un grupo combatiente
encubrió su intención y acudió por atrás. Detrás de las tiendas se
hallaba un río, y los soldados ocuparon una posición favorable para
impedir la huida de esa gente. En el otro lado de la tienda, se
leían unos caracteres chinos que rezaban “Restaurante musulmán
Minhe”.
Delante de la tienda, fueron
descubiertas más pruebas del crimen: dos piernas heladas de gamuza,
huesos de yacs silvestres, cuernos de la gamuza, entre otros. Y el
dueño del restaurante, tan atrevido al abrir un restaurante de
animales salvajes en una reserva natural a nivel estatal, y los
demás 30 sospechosos de crimen fueron detenidos por la policía. Los
soldados buscaron de manera minuciosa en los tres camiones y
descubrieron unas 20 toneladas de artemias.
Lucha cara a cara
En Yaziquan, otro terreno de la
Acción, fluye una fuente rara vez vista en la meseta, a donde
acuden los animales salvajes, como la gamuza, para beber agua. Los
cazadores armados, que conocen ya esta costumbre, convierten el
lugar en un sangriento campo de batalla en el que dan muerte
furiosamente a los animales.
El 9 de noviembre, después de hacer
un análisis de las informaciones, el vicepresidente de la Región
Autónoma Xiong Huiyin y el jefe general Guo Shenghui dirigieron el
equipo que marchaba hacia Yaziquan. A lo lejos se veían algunos
asnos salvajes tibetanos. A las 11,45, los soldados descubrieron en
un lugar muy escondido del canal la choza y el vehículo de los
sospechosos del crimen y lo controlaron, según la orden del jefe,
para detener a los infractores.
Cuando el equipo estaba a 200 metros
del objetivo, dos grandes perros de caza se lanzaron ladrando hacia
los soldados. Un sospechoso del crimen, valiéndose de la
sensibilidad en la caza furtiva durante mucho años, sintió la
llegada del peligro al oír el ladrido de los perros, y se dirigió
hacia el vehículo todo terreno.
En este mismo momento, los soldados
le conminaron a que se quedara dentro del vehículo para ser
examinado. Él dio media vuelta y se metió en la tienda. Después de
más de media hora, los soldados dispararon en señal de advertencia,
que no surtió ningún efecto, puesto que el sospechoso del crimen se
dio a la huída. Los soldados le persiguieron y le detuvieron.
En esta Acción que duró ocho días y
noches, los soldados recorrieron más de 5000 kilómetros, en las
zonas de protección de unos 450.000 kilómetros cuadrados, y
detuvieron en total 76 criminales, inspeccionaron 21 vehículos y
descubrieron 23 pieles, 5 cabezas, 36 patas y 350 kilos de carnes
de la gamuza, y 32 pieles de potros, 48 toneladas de artemias y
demás animales salvajes, asestando un duro golpe a los cazadores.
La montaña Altun ha recuperado la tranquilidad de siempre, y grupos
de antílopes corren allí como antes bajo la protección de la
guardia forestal.
(CIIC)