Hoh Xil, región situada en la meseta
Qinghai-Tíbet, tiene una altura promedio de 4.500 metros sobre el
nivel del mar. En este paraíso para los animales salvajes, viven
animales raros como gamuzas, asnos salvajes asiáticos, yacs
salvajes y panteras de nieve. A comienzos de los años 80, cuando
los mantones tejidos con lana de gamuza llegaron a ser de última
moda, la caza ilegal de estos animales se volvió frenética.
Veamos la siguiente serie de escenas
de un vídeo proyectado en una conferencia de prensa celebrada en
Beijing:
En la vasta meseta nevada, un
cachorro de gamuza busca comida apaciblemente y de repente, se
lanza a la carrera, asustado. Tras él varios cazadores le apuntan
con escopetas.
Cadáveres sangrientos de gamuzas se
apiñan en la tierra.
En talleres rústicos y sencillos, la
gente elabora lanas de gamuza y hace mantones con ellas, que
posteriormente se exhiben en tiendas de moda de Londres y
Delhi.
El Fondo Internacional para la
Protección de los Animales y el Fondo para los Animales Salvajes de
la India publicaron conjuntamente en Beijing, Londres y Delhi, un
informe sobre la acción internacional destinada al cese del
comercio ilegal de gamuzas.
Este informe advierte a la gente que
un mantón de lana de gamuza (shatushi), que representa la nobleza
en la alta sociedad de Occidente, significa el sacrificio de tres a
cinco animales de este tipo.
Las gamuzas, que habitan en las
zonas altas y heladas de Tíbet, Xinjiang y Qinghai, han sido
incluidas en la Convención sobre el Comercio Internacional de
Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres. La lana de estos
animales, extremadamente fina, es denominada “la mejor de todas” y
puede usarse para tejer mantones maravillosos valorados en miles e
incluso varios miles de dólares.
Recientemente, el Fondo
Internacional para la Protección de los Animales y el Fondo para
los Animales Salvajes de la India han realizado conjuntamente
durante ocho meses una investigación en varios países. Los datos
escritos y visuales sobre el comercio ilegal de pieles de gamuza en
las fronteras de China, Nepal e India, recogidos por el grupo de
investigación, revelan que la única manera de sacar lanas de las
gamuzas es matándolas.
Un funcionario del citado Fondo
revela a la prensa que el número de gamuzas se ha reducido de
varios millones -a principios del siglo XX- a menos de 75.000 en la
actualidad mientras que cada año 20.000 siguen siendo víctimas de
la caza ilegal. Los cazadores matan incluso a hembras que se
encuentran en período de lactancia, de modo que los cachorros
mueren de hambre.
El funcionario advierte que si no se
toman enérgicas medidas para poner coto a este comercio ilegal a
escala mundial, este tipo de animales raros se extinguirán dentro
de cinco años.
De acuerdo con la investigación
arriba mencionada, en 1997 la cantidad de lanas de gamuza
elaboradas en Cachemira, principal lugar de producción de mantones,
fue de 3.000 kilos, lo que significa la muerte de 90.000
gamuzas.
La investigación también denuncia
que los mantones de lana de gamuza, que se venden ilegalmente, se
ven todavía en los mercados de confecciones de Delhi y Londres.
Meng Xianli, responsable de la
Oficina Nacional de Administración de Importación y Exportación de
Especies Amenazadas de Flora y Fauna de China, señala que el
Gobierno chino da suma importancia a la protección de animales
salvajes como las gamuzas, las cuales han sido clasificadas desde
hace tiempo como animales salvajes bajo protección estatal de
primera categoría. Al mismo tiempo, el Estado, las provincias y
regiones autónomas pertinentes han establecido sucesivamente
grandes reservas naturales como la de Hoh Xil, Altun y Qiangdang,
lo que ha llamado la atención de la comunidad internacional.
Las cifras facilitadas por el
departamento de seguridad forestal de China demuestran que para
finales de abril de 2001, se habían confiscado en varias acciones
contra la caza ilegal un total de 20.756 pieles de gamuzas.
El mencionado funcionario del Fondo
Internacional de Protección de Animales indica que con el fin de
proteger estos animales raros y evitar su extinción, la comunidad
internacional debe actuar conjuntamente, y sólo a través de los
esfuerzos mancomunados de los gobiernos, los organismos
administrativos y las fuerzas no gubernamentales de los países
donde se elaboran y se comercializan las lanas de gamuzas, esta
antigua especie de animal podrá sobrevivir en el futuro.
(CIIC)