La Shenzhou VI, la segunda nave
tripulada de China y puesta en órbita ayer, es más segura y cómoda
que su antecesora en términos de conducción, declaró hoy en esta
capital el diseñador en jefe de la nave, Zhang Bainan.
La primera nave de la serie, la
Shenzhou I, era un módelo experimental que permitió contrapesar un
cohete portador diseñado para lanzamientos tripulados y no incluía
ningún otro equipo más que el suministro eléctrico en el módulo
orbital, explicó Zhang.
La Shenzhou II y los cuatro modelos
siguientes sí estuvieron destinadas a evaluar los vuelos espaciales
tripulados y permitieron realizar mejoras técnicas.
La tercera versión estaba equipada
con instalaciones para la misión espacial tripulada y para
situaciones de salida de emergencia; en ella se introdujo un falso
cosmonauta para recabar datos relativos a la respiración y la
circulación de la sangre.
Gracias a ello, la Shenzhou IV era
ya capaz de contar con un tripulante de carne y hueso, aunque
habría que esperar hasta la quinta versión de la nave para que Yang
Liwei, el primer astronauta chino, saliera al espacio en octubre de
2003.
Según el diseñador de la nave, la
Shenzhou VI, con más de 110 modificaciones realizadas sobre la base
de su antecesora, garantiza un viaje espacial más seguro y cómodo,
dado que cuenta con un sistema de refrigeración que mantiene la
humedad en la cápsula por debajo del 80 por ciento y se ha
perfeccionado el amortiguador de la nave para evitar que se repitan
los temblores experimentados por Yang Liwei durante el despegue de
la Shenzhou V.
El experto agregó que las "cajas
negras" de las naves de Shenzhou I a V fueron desarrolladas en 1994
y contaban con una memoria de 10 megabytes, mientras que la de la
Shenzhou VI es cien veces mayor en la capacidad y diez veces más
rápida en codificar y descodificar los datos, a pesar de que ocupa
la mitad de espacio que las anteriores cajas negras.
(14/10/2005, Agencia de Xinhua)
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