| spanish.china.org.cn | 15. 12. 2025 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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En memoria de las víctimas de la masacre
Liu Minsheng, de 91 años, sobreviviente de la masacre de Nanjing, no pudo contener la emoción al asistir a la ceremonia conmemorativa nacional celebrada el sábado en Nanjing, provincia de Jiangsu, en memoria de las 300 000 víctimas de la tragedia.
Sus pensamientos se remontaron a ese capítulo desgarrador de la historia al tocar una cicatriz en su pierna derecha, producto de una herida causada por la bayoneta de un soldado japonés. Las cicatrices en su corazón y en su mente son más profundas, porque capturan el arduo viaje del dolor a la resiliencia.
Liu tenía solo 3 años cuando los japoneses ocuparon la llamada Nanjing, entonces capital de China, el 13 de diciembre de 1937. Sus padres lo llevaron a él y a su hermana a un refugio, pero resultó ser todo menos un lugar seguro. Un día, fue el blanco de un ataque. Los gritos de pánico del niño llamaron la atención de un soldado que levantó su bayoneta y lo apuñaló en la pierna.
Ese fue también el último día que Liu vio a su padre. «Los militares japoneses se llevaron a muchos hombres jóvenes y de mediana edad, incluido mi padre. Nunca regresó. Al principio creíamos que los habían llevado para realizar trabajos forzados, pero más tarde nos enteramos de que habían sido asesinados en el muelle de Zhongshan», contó Liu.
Reflexionando sobre la tragedia, Liu afirmó que el daño infligido al pueblo chino por los invasores japoneses nunca podrá olvidarse. «Debemos estar alerta ante el resurgimiento del militarismo japonés. Debemos recordar la historia y valorar la paz», añadió.
Los japoneses asesinaron brutalmente a unos 300 000 civiles y soldados desarmados chinos durante la masacre, que duró seis semanas, lo que la convirtió en uno de los episodios más bárbaros de la Segunda Guerra Mundial.
Este año fallecieron otros 8 sobrevivientes a la matanza de 1937, lo que deja solo 24 registrados aún con vida. Han pasado 88 años, pero el Gobierno japonés aún no ha reconocido oficialmente la masacre de Nanjing.
El sábado, China celebró una ceremonia nacional en Nanjing para honrar a las víctimas. Las sirenas resonaron en la ciudad mientras personas de todos los ámbitos sociales guardaron un minuto de silencio en recuerdo de ese día.
Miles vestidas de luto se reunieron en la plaza pública del Memorial de las Víctimas de la Masacre de Nanjing, con flores blancas prendidas en el pecho.
La bandera nacional ondeaba a media asta frente a la multitud, entre la que se encontraban sobrevivientes de la tragedia, estudiantes locales y amigos internacionales. Un total de 88 jóvenes leyeron una declaración de paz y representantes de los ciudadanos tocaron la Campana de la Paz.
En un discurso durante el acto, Shi Taifeng, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China y jefe del Departamento de Organización del Comité Central del PCCh, dijo que la cita tenía como propósito expresar el compromiso incansable del pueblo chino con el desarrollo pacífico, así como llorar a quienes perdieron la vida tan cruelmente a manos de los japoneses.
Shi exhortó a continuar con el gran espíritu de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa (1931-1945), esforzándose por propiciar la modernización y el rejuvenecimiento de China, y haciendo mayores contribuciones a la causa de la paz y el progreso de la humanidad.
En 2014, el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, la máxima autoridad legislativa del país, designó oficialmente el 13 de diciembre como Día Nacional en Memoria de las Víctimas de la Masacre de Nanjing, con el fin de mantener viva la memoria y valorar la paz que tanto costó conseguir.
La ceremonia de este año coincidió con el 80.º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Antifascista Mundial, y en un contexto de tensas relaciones entre China y Japón tras las desacertadas declaraciones de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, sobre la cuestión de Taiwán.
Según una reciente encuesta mundial en línea realizada por la Red de la Televisión Global de China, el 80,8 % de los participantes indicó que las recientes palabras y acciones provocadoras de los actuales dirigentes japoneses, que glorifican el militarismo, han reforzado la imagen del país como un perturbador de la paz, en tanto el 81,6 % consideró que la política japonesa ha estado dominada durante mucho tiempo por fuerzas militaristas y de derecha, y que su acelerado giro hacia tal tendencia supone una gran amenaza para la paz mundial.
Lyu Jing, profesor asociado de Historia China en la Facultad de Historia de la Universidad de Nanjing, opinó que el orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial se erigió sobre la base del reconocimiento de las guerras de agresión y la defensa de los principios humanitarios, y que cualquier intento de negar o tergiversar el pasado constituye un desafío directo a los principios de la justicia internacional.
La comunidad internacional debe llegar a un entendimiento común de que Japón debe afrontar su historia con una actitud responsable y cumplir con sus obligaciones con respecto a la verdad, afirmó Lyu, y añadió que la comunidad internacional debe dejar de permitir que el mismo siga eludiendo su responsabilidad en el conflicto.














