| spanish.china.org.cn | 08. 07. 2025 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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Crudo testimonio de un antiguo miembro de la Unidad 731
Un antiguo miembro de la Unidad 731, el famoso destacamento de guerra bacteriológica del Ejército Imperial Japonés durante la Segunda Guerra Mundial, confesó haber realizado experimentos con seres humanos, incluyendo la disección de cadáveres aún calientes, y el desarrollo de armas biológicas, en un video publicado por primera vez.
El lunes, justo en el 88.º aniversario del incidente del puente de Lugou, la Sala de Exposición de Pruebas de los Crímenes Cometidos por la Unidad 731 del Ejército Imperial Japonés, un museo situado en Harbin, capital de la provincia de Heilongjiang, dio a conocer el testimonio oral de 83 minutos de Masakuni Kurumizawa.
La noche del 7 de julio de 1937, las tropas japonesas cerca del puente de Lugou, en las afueras de Beijing, atacaron a las fuerzas chinas, lo que marcó el inicio de su invasión a gran escala y la resistencia de la nación china.
En las imágenes, Kurumizawa dijo: «Corte 300 cuerpos humanos, de los cuales alrededor de un tercio se conservaron como muestras, mientras que el resto fue incinerado. Cuando realizábamos las disecciones, los cadáveres aún estaban calientes y brotaba sangre».
Añadió que la Unidad 731 desarrolló y produjo en masa bacterias de enfermedades como la peste bubónica, el cólera, la fiebre tifoidea, la disentería y el ántrax.
Con el fin de cultivar tipos más virulentos, el grupo utilizó sujetos vivos, tanto animales como humanos. Los últimos, denominados «marutas», incluían prisioneros de guerra chinos, coreanos, mongoles y soviéticos, sostuvo. «Teníamos una reserva de más de 40 personas para el estudio, con opción de reponerla cuando fuera necesario», aseveró, y agregó que, debido a las normas de confidencialidad de la Unidad 731, ni siquiera su propia familia sabía de sus actividades delictivas.
El destacamento era una base ultrasecreta de investigación de armas biológicas y químicas creada en 1932 como centro neurálgico de la guerra bacteriológica de Japón durante la Segunda Guerra Mundial. En ella se realizaron experimentos con al menos 3000 personas, mientras que más de 300 000 en toda China murieron a causa de armas biológicas.
Jin Shicheng, subsecretario general de la Asociación Histórica de Harbin sobre la Guerra Biológica y Química del Ejército Japonés, dijo que la Unidad equiparaba a los humanos con los animales, lo que demostraba una total falta de respeto por la humanidad.
«Los estremecedores detalles confirman un desprecio extremo por la vida humana, y es una de las principales razones por las que las pruebas incriminatorias contra el grupo no salieron a la luz inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial», apuntó Jin.
Los registros del Ejército Imperial cuentan a unos 3497 efectivos adscritos a la división, la mayoría de los cuales ya ha fallecido.
«Las nuevas pruebas son un complemento vital para el estudio del grupo, ya que los testimonios orales completan los registros escritos, las piezas y los sitios a fin de revelar más atrocidades cometidas durante el conflicto», acotó
«Después del enfrentamiento, solo unos pocos miembros de la temida unidad se presentaron voluntariamente, mientras que gran parte permaneció en silencio. La difusión de todas las evidencias debería ser un esfuerzo conjunto de las fuerzas de paz de todo el mundo», recalcó Jin.














