¿Por qué la cooperación China-Brasil es de relevancia mundial?

El martes por la tarde, hora local, el presidente chino Xi Jinping llegó a Brasilia, punto de inicio de su visita de Estado al país sudamericano. Tras dos importantes reuniones multilaterales -la de APEC y la Cumbre del G20-, las interacciones entre China y Brasil también ha captado la atención de los medios internacionales. Según reportes, se espera que ambas partes promuevan el comercio y la cooperación en diversos campos, como el de agricultura, infraestructura, energía y el aeroespacial, refuercen la convergencia de estrategias de desarrollo, consoliden la confianza política mutua y potencien el carácter estratégico, innovador y protagónico de sus relaciones bilaterales.

China y Brasil son dos de los principales países en desarrollo de los hemisferios oriental y occidental. Ambos son extensos y poblados, y también son miembros del BRICS. Naturalmente, comparten muchos temas comunes en cuanto al desarrollo nacional y el progreso en el bienestar de sus pueblos, entre otros aspectos. El más representativo es su compromiso con el alivio de la pobreza como una de las tareas más urgentes. Xi describió la labor como «una de las tareas prioritarias que estoy decidido a cumplir», mientras que su par brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se refirió a ella como «cumplir la misión de una vida». Esto refleja de que, aunque los países en desarrollo tienen sus propias realidades, todos albergan un deseo común: el desarrollo y una vida mejor.

En el actual panorama internacional, ¿es posible que los países en vías de desarrollo aprovechen plenamente sus ventajas tardías mediante la cooperación igualitaria y la ayuda mutua, forjando así un nuevo camino de desarrollo compartido? China y Brasil han demostrado en la práctica que esta senda no solo es factible, sino que también es prometedora. Como dijo Xi, un pájaro más débil puede empezar pronto y volar alto. Como naciones en desarrollo influyentes, China y Brasil han abierto una nueva vía de cooperación que encarna el beneficio mutuo y el destino compartido, sirviendo de poderosa inspiración para el Sur Global en su esfuerzo por modernizarse. En este contexto, la cooperación reforzada va más allá de la esfera bilateral.

La colaboración de mutuo beneficio entre las dos partes es muy convincente. A lo largo de 15 años, China ha sido el mayor socio comercial de Brasil y una de sus principales fuentes de inversión extranjera. Según estadísticas chinas, sus importaciones brasileñas anuales han superado los 100 000 millones de dólares en los últimos 3 años. El alcance de sus intereses compartidos sigue ampliándose, destacando la agricultura, la infraestructura, el desarrollo ecológico y la innovación tecnológica. A pesar de estar separados por cerca de 18 800 kilómetros, lo que los convierte en «los países más distantes», su nexo ha trascendido divisiones hemisféricas y de civilización, logrando un aprendizaje mutuo y una prosperidad común. Asimismo, ha devenido un modelo de cooperación y de resultados beneficiosos en el camino hacia la modernización entre dos países en desarrollo y del Sur Global.

Y lo que es más trascendental, su cooperación va regida por nobles aspiraciones. Tomemos como ejemplo la reducción de la pobreza: ambas naciones están determinadas a afrontar retos que incluso los países desarrollados han tenido dificultades en abordar y están dispuestas a compartir sus soluciones con otros. Esto confiere a su asociación una relevancia global y contemporánea, marcando potencialmente un hito en el verdadero ascenso del Sur Global. A medida que siguen mejorando los efectos estratégicos de dicha cooperación de mutuo beneficio, agrandan su escala y abren nuevos caminos, surgen más proyectos paradigmáticos que se ajustan a las tendencias de los tiempos y aportan frutos duraderos a la población. Las dimensiones de la cooperación Sur-Sur se enriquecerán y extenderán, ofreciendo una mayor influencia para la paz y la estabilidad mundiales.

Dado que tanto China como Brasil son «grandes actores» entre los países en desarrollo, su cooperación ha suscitado gran atención de la opinión pública occidental. Algunas voces la tachan prematuramente de contrapeso a Estados Unidos», lo que no solo es incorrecto desde el punto de vista de los hechos, sino también bastante sesgado. Esto refleja una profunda inseguridad entre ciertas élites occidentales y su limitada imaginación respecto a las infinitas posibilidades de desarrollo humano. Tales voces están destinadas a quedar solapadas por el ascenso colectivo del Sur Global.

En la reciente foto grupal tomada en la cumbre del G20 en Río, los líderes de China, Sudáfrica, Brasil e India aparecen juntos, lo que algunos comentaristas interpretan como una señal del futuro del Sur Global. Abrazándolo, China y Brasil actuarán como «pioneros» y «domadores de olas», gracias a su sólida amistad y estrecha cooperación, en un capítulo aún más notable para el Sur Global.