La Conferencia Mundial de Internet: una década defendiendo la colaboración, el progreso y los frutos del ciberespacio

Por Jorge Fernández

Más de 170 miembros de más de 30 países y regiones aspiran aquí a construir un ciberespacio en donde el orden, la legalidad y la compartición de beneficios lleguen a todos por igual.

Desde que la humanidad posee registros de su propia historia, una lamentable constante ha sido, sin importar de qué civilización se trate, la confrontación y la más profunda mezquindad asociadas al progreso y al desarrollo. El surgimiento de la internet en la vida moderna, acompañada de la posibilidad de vivir en universos virtuales, ofrece a las civilizaciones la oportunidad de construir mejores mundos y de aprender de errores pasados. ¡La humanidad cuenta con la posibilidad de convivir en metaversos con el potencial de ser perfectos! La Conferencia Mundial de Internet (WIC, por sus siglas en inglés), organizada por China, brinda un foro para la construcción conjunta de un ciberespacio armonioso, pacífico, compartido y redituable para todos, además de un bastión para asegurarse de que el ciberespacio no replique las villanías del mundo material.

El esfuerzo que China ha emprendido con un contingente internacional de luchadores acumula este 2024 diez años ya. La Conferencia Mundial de Internet ha incorporado a más de 170 miembros de más de 30 países y regiones, los cuales aspiran a construir un ciberespacio en donde el orden, la legalidad y la compartición de beneficios lleguen a todos por igual. Con el tema Abrazar un futuro digital centrado en las personas y con inteligencia artificial para el bien: construir una comunidad de futuro compartido en el ciberespacio, los participantes ponen sus ojos en la utilidad de la virtualidad para generar beneficios tangibles a la humanidad. Los metaversos encierran posibilidades inconmensurables para superar problemas que desde hace milenios aquejan a la humanidad. Y entre ellos, orgullo de la sabiduría acumulada, la inteligencia artificial es una herramienta empuñada por la humanidad al servicio del bien común.

Este año la Conferencia Mundial de Internet reviste gran importancia por la reflexión que en ella se hace de la aplicación de la inteligencia artificial (IA). Para muchos el tema de la IA es motivo de debate, dominado por opositores y escépticos. Más allá de discusiones bizantinas, la humanidad debe reconocer la llegada de este nuevo recurso como un fenómeno imparable e irreversible. La orquesta de naciones necesita de un espacio para abordar racionalmente cómo hacer el mejor uso de ella bajo un esquema legal, justo y que beneficie a los seres humanos. El trabajo que China emprende resulta visionario, puesto que, a 10 años de haberse inaugurado la primera sesión, jamás nadie imaginó el impacto que tendría la IA en la vida humana. Hoy gracias al trabajo de China, impulsores de la internet cuentan con un espacio multilateral para discutir cómo toda aquella herramienta virtual, presente o futura, puede ayudarnos bajo un esquema de beneficio compartido y legalidad a construir un mundo mejor. La Conferencia Mundial de Internet posee la esencia y el espíritu para trascender el tiempo y el espacio.

El encuentro de este año cuenta con 24 subforos y entre ellos, la Iniciativa de Desarrollo Global merece una mención especial. El presidente de China, Xi Jinping, ha impulsado desde distintas plataformas internacionales la construcción urgente de una comunidad de futuro compartido de la humanidad. El mundo encierra desafíos que deben ser afrontados conjuntamente por todas las partes, puesto que solo unidos los seres humanos pueden beneficiarse de un mundo con recursos finitos. La brecha entre ricos y pobres impide la permanencia del bienestar entre los favorecidos y atenta contra los intereses de aquellos con vidas precarias. Por ello, China ha propuesto una serie de iniciativas que representan con el trabajo conjunto soluciones para la vida humana desde distintos campos. La Iniciativa de Desarrollo Global está entre ellas, y vincular la IA como una herramienta clave para garantizar el bienestar permanente de la humanidad es encomiable y merece todo respaldo. De cara a las encrucijadas a las que se enfrenta el desarrollo global, la IA es un pilar con potencial para ofrecer hoy soluciones sistemáticas a una velocidad impensable en el pasado.

Si la IA es una fuerza imparable, y si asumimos esto como un axioma, entonces el desarrollo de la tecnología global respaldada por la IA representará una fuerza revolucionaria en la transformación de nuestras formas de producción material y de adquisición de conocimiento. Tal acontecimiento en la historia de la humanidad no puede sucumbir al egoísmo rapaz que ha marcado el progreso humano. Las experiencias más dolorosas de la historia humana deben ser guía para evitar cometer los mismos actos que han puesto la existencia del orden internacional al borde del colapso. Con todos los recursos tecnológicos a nuestra disposición, los seres humanos tienen la capacidad de construir mejores futuros. Pero ello no podrá realizarse sin un esfuerzo concertado, racional, dirigido y humano que marque límites al uso tecnológico. Debemos defender a la virtualidad y los recursos que ofrece la internet de la codicia y tiranía humanas. La internet debe ser de todos y no puede ser dominada por ambiciones desmedidas de unos pocos.

Solo por poner algunos ejemplos, la política del poder, el hegemonismo y la mentalidad de Guerra Fría no han podido superarse y amenazan con repetirse en la virtualidad del ciberespacio. Todos ellos son retos a los que hoy se enfrenta el mundo, y es por ello, de frente a tan peligrosas amenazas, que la Conferencia Mundial de Internet cobra año tras año mayor valor y significado. Este foro de discusión, que ha crecido notablemente desde su creación, ha luchado por evitar la duplicación de un orden internacional injusto, egoísta y anárquico en la internet. La justicia, la equidad, el bien común y nobles valores de la humanidad pueden aflorar en el ciberespacio, y para poder lograrlo, todos codo a codo deben constituirse en una fuerza que impida a aquellos con miseria moral apoderarse de un bien común.

La Conferencia Mundial de Internet que China ofrece representa la voz del Sur Global por repartir entre la mayoría los frutos de un mundo virtual de alcances aún por explorar. Abrazar un futuro digital centrado en las personas y con inteligencia artificial para el bien: construir una comunidad de futuro compartido en el ciberespacio es la aspiración de los defensores de la justicia en el mundo. Basta ya de tratamientos jerárquicos en donde los de arriba se adjudican todos los beneficios, mientras que los de abajo recogen únicamente las migajas que les caen. Las soluciones que China ofrece son objeto de discusión y aplausos toda vez que, como los países en desarrollo siempre han demandado, la gobernanza mundial, —y en este caso la gobernanza del mundo etéreo de la internet—, debe tener como base el beneficio compartido, la equidad, el diálogo y la cooperación.