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spanish.china.org.cn | 06. 05. 2024 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

La diplomacia de jefes de Estado sirve a la estabilidad de las relaciones China-Europa

Palabras clave: China, Europa
Spanish.china.org.cn | 06. 05. 2024

El presidente chino, Xi Jinping, realizará visitas de Estado a Francia, Serbia y Hungría del 5 al 10 de mayo. Es la primera gira del gobernante chino al Viejo Continente en 5 años. Pese a los importantes cambios producidos en el mundo en el último lustro, la relación entre China y estos 3 países se ha mantenido estable bajo la dirección estratégica de la diplomacia al más alto nivel, lo que muestra un impulso de desarrollo positivo. Esta coyuntura se ha ido ganando a pulso. La presencia de Xi en los 3 países abrirá un nuevo capítulo en sus vínculos, así como en el de China y Europa.

Muchos observadores han apuntado que las 3 paradas de Xi en esta ocasión son representativas a su manera: Francia fue el primer gran país occidental en establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China a nivel de embajadores, y los lazos han estado durante mucho tiempo en primera línea de los vínculos entre China y Occidente. Serbia es el primer socio estratégico integral de China en Europa Central y Oriental, y es su "amigo de hierro". Hungría es un país clave en la mencionada región y es también un socio relevante en el avance de la cooperación conjunta de la Franja y la Ruta y la cooperación China-Europa Central y Oriental. Es a todas luces razonable esperar que lo que una a estos tres países será sin duda la cooperación amistosa entre China y Europa.

En los últimos 5 años, las relaciones entre China y Europa han sufrido altibajos. La pandemia de COVID-19, el conflicto entre Rusia y Ucrania y otros acontecimientos han tenido cierto impacto en ellas. Con Estados Unidos designando a China como su "principal competidor" y Washington incrementando sus intentos de cortejar y atraer a Europa, cómo mantener la autonomía estratégica se ha convertido en uno de los mayores retos del continente. Es primordial que Europa se adhiera a que su relación con China no tiene como blanco a un tercero, ni está sometida o controlada por un tercero. En esta situación, una señal crucial de la visita del líder chino es que, independientemente de cómo cambie el contexto internacional, el deseo de China de ampliar la cooperación con Europa y apoyar su autonomía estratégica sigue siendo inquebrantable.

Puede decirse que la diplomacia de jefes de Estado es el ancla que mantiene estable y en rumbo el enorme barco China-Europa ante la tormenta. Así, Francia, aunque el camino no ha sido liso en los últimos años, la actitud y la posición de cooperación de ambos en muchas cuestiones de gobernanza global se han mantenido invariables, lo que está directamente relacionado con esta diplomacia. Desde el año pasado, los intercambios a todo nivel entre China y Europa han vuelto a plenitud, y la paciencia y buena voluntad de China son cada vez más reconocidas por un mayor número de europeos. Para el Viejo Continente, China representa una oportunidad y no un riesgo; un socio y no un rival. En general, la disposición de Europa a cooperar es cada vez mayor.

Antes de la visita de Xi, su homólogo francés dijo en entrevistas con los medios en cuanto a la apertura de la UE al mercado chino: "tenemos que ser muy pragmáticos y considerar este asunto a la luz de nuestros intereses estratégicos". Macron declaró que acoge a su par chino y que "debemos hacer todo lo posible para comprometer a China en los grandes temas globales y discutir las relaciones económicas basadas en la reciprocidad". "Ya se trate del clima o de la seguridad, necesitamos a los chinos", anotó. Sus palabras no solo se dirigen a Francia, sino también a Europa.

Creemos que bajo el liderazgo estratégico de la diplomacia de jefes de Estado, China y Europa alcanzarán al menos tres acuerdos estratégicos tácitos. En primer lugar, ambos no son opuestos, ni mucho menos enemigos; son amigos y socios que pueden confiar el uno en el otro. Nunca se han convertido en obstáculos para los intereses fundamentales de la otra parte. Las diferencias entre ambos en valores, sistemas políticos y modelos de desarrollo proporcionan una base para el aprendizaje mutuo y la complementariedad, en lugar de establecer "objetivos". En segundo lugar, el éxito del desarrollo respectivo es una "buena noticia" para el otro, no al revés. China seguirá apoyando a Europa en la consecución de su autonomía estratégica, y cuanto más se desarrolle esta última, más estable será Occidente. Europa también debería abrir su mente, acoger y respaldar a China en su senda hacia la modernización. Cuanto más avance China, más próspera será la región Asia-Pacífico. En tercer lugar, en cuestiones globales de envergadura, ambos pueden construir en conjunto nuevas conexiones entre regiones, civilizaciones y campos, trabajar al unísono para ayudar al mundo y a cada una de las partes a lograr el desarrollo e inyectar energía positiva en un escenario mundial turbulento.

Existe un dicho en Serbia: "Los amigos son frutos del tiempo". Esto es especialmente acertado al hablar de los lazos entre China y Europa: El tiempo demostrará cómo son los verdaderos socios. Esperamos con interés las visitas del presidente Xi a los tres países europeos; su presencia inyectará un fuerte impulso al desarrollo ulterior de las relaciones con cada uno de ellos y a la asociación estratégica integral China-UE, además de estabilidad y energía positiva en un mundo caótico.