La generación Z en EE.UU. promueve la amistad con sus pares chinos

Amistad entrañable

Los jóvenes son la primera línea de nuestro tiempo, con energía ilimitada y una vibrante personalidad.

Hoy en día, la generación Z no solo representa a los creadores del futuro, sino también actúa como agente de cambio. Con una mentalidad abierta y un enfoque internacional, se integran activamente en la corriente de la globalización, participando en intercambios profundos y colaborando con sus pares de todo el mundo en la exploración de vías y estrategias que permitan afrontar los retos mundiales.

La serie "Voz de la generación Z" se centra en sus acciones y logros innovadores en ámbitos como la gobernanza mundial, el intercambio cultural, la protección del medio ambiente y la innovación tecnológica. Esta columna pretende mostrar su encanto único y futuro liderazgo.

"Creo que a través de la conexión establecida con jóvenes de nuestra edad y de todo el mundo, podremos comunicarnos mejor como la próxima generación, construyendo el mundo", indicó Anna Colbaugh, alumna del grado 11 del Lincoln High School del estado de Washington.

Esta adolescente de 16 años regresó hace poco a su país con la firme convicción de que la amistad entre los pueblos de China y Estados Unidos mejorará, tras un viaje a la nación asiática como parte de un programa de intercambio cultural.

En marzo, Colbaugh, junto con otros 23 estudiantes del Lincoln High School y Steilacoom High School de Washington, estuvo en China 11 días. La delegación formó parte del grupo de "embajadores amigos" de la generación Z invitados en el marco de un programa anunciado por el presidente chino Xi Jinping en noviembre de 2023. Este busca traer a 50 000 jóvenes estadounidenses al país en un periodo de 5 años para intercambios y estudios.

Al crecer en una era de rápido desarrollo de los medios de comunicación, este segmento, tanto en China como en Estados Unidos, enfrenta una avalancha de información al alcance de la mano. La oportunidad de ver el mundo con sus propios ojos es, por tanto, aún más valiosa.

Visitar un país con miles de años de historia fue una experiencia inigualable que transformó la vida de estos adolescentes, ansiosos por comprender China, un país del que quizá no sabían mucho o incluso albergaban ideas erróneas.

Tras adquirir una visión más auténtica, completa y multidimensional, pudieron percibirla, comunicarse y entablar amistad con sus pares chinos. Asimismo, guardan el deseo de inyectar el poder de la juventud en el diálogo entre pueblos y en el desarrollo a largo plazo de la relación bilateral.

Deseo de comprender la China real

"Elegí hacer este viaje porque quería aprender más sobre su cultura, y sabía que este recorrido ampliaría mis conocimientos sobre ella”, explicó Colbaugh. Agregó que desconocía mucho del país antes de partir, fuera de los estereotipos existentes.

Su aventura le ofreció, y a otros alumnos. la oportunidad de conocer su rica historia y cultura. Visitaron el Museo del Palacio y se maravillaron con la belleza del complejo histórico, escalaron la Gran Muralla y experimentaron la grandeza de este patrimonio cultural de la humanidad.

"Fui a muchos lugares, como Beijing, Guangzhou y Shenzhen, pero uno de los más memorables fue la cordillera de Wudang. Me encantó aprender tai chi porque siempre había visto a la gente hacerlo y me interesó mucho y me entusiasmó aprenderlo".

En el pasado, influidos por la cobertura sesgada de los medios de comunicación y los políticos, muchos estadounidenses veían a una China irreal. Ahora, estos jóvenes esperan cambiar la situación.

"Después de este viaje sé mucho más sobre China y sé que las cosas que la gente dice pueden estar equivocadas. Ahora puedo compartir mis experiencias con los demás”, afirmó la joven.

Del mismo modo, Luke Kelly, de 17 años, del instituto de Steilacoom, compartió su entusiasmo por la experiencia y las valiosas lecciones que aprendió de ella. "Cuando regresé a Estados Unidos, lo primero que hice fue contarle a mi familia y amigos; los llamé, les envié mensajes de texto, quedé con ellos y les dije lo estupendo que había sido el viaje, lo increíble que era China y lo mucho que quería volver y traerlos conmigo", relató.

Kelly, que nunca había viajado fuera de Estados Unidos, pensó que esta "sería una oportunidad única en la vida que me permitiría conocer la cultura y la historia de un lugar del que solo había oído hablar y leído”.

Este grupo de jóvenes anhelaba venir a China para ver el mundo de una forma nueva, y muchos de ellos llegaron con una larga lista de deseos: Conocer su historia y cultura, y comprar ropa tradicional. Cuando pisaron esta tierra mágica, se encontraron con muchas sorpresas.

"El paisaje de China es impresionante. Es precioso". Han podido incorporar la naturaleza en sus grandes ciudades. Tienen árboles, arbustos y flores por todas partes", apuntó Kelly.

En su opinión, China es un país avanzado y próspero. "Es un lugar muy acogedor y diverso, económicamente estable y amable con los extranjeros".

Kelly lleva una clase de civilización temprana china. "Así puedo aprender más y adquirir más conocimientos y educación sobre el lugar que he visitado y que tanto me gusta", dijo.

Amistad eterna

El 18 de marzo, en la primera parada de su gira en Beijing, la Escuela Secundaria de la Universidad de Tsinghua, el grupo preparó con esmero la canción china "En el campo de la esperanza". Colbaugh participó.

Ya en septiembre de 2015, durante la visita del presidente Xi a Estados Unidos, disfrutó de la melodía y de la canción inglesa "What a Wonderful World" interpretadas por el coro del Lincoln High School y los alumnos de la Escuela Secundaria de la Universidad de Fuzhou.

Casi una década después, los intérpretes han crecido. Sin embargo, para ellos, la pieza sigue siendo familiar. A medida que sus notas perduran, nuevos capítulos aparecen en la historia de amistad entre China y Estados Unidos.

Durante una actividad de intercambio escolar en Shenzhen, en la provincia de Guangzhou, Kelly aprendió a jugar softball por primera vez y se deshizo en elogios hacia sus compañeros chinos que le enseñaron. Esa tarde, añadió a 6 de ellos como amigos en WeChat.

Estos miembros de la generación Z sostuvieron que lo más valioso del viaje fue la amistad. Aunque proceden de países y culturas distintos, comparten intereses, experiencias y emociones similares. Mientras los jóvenes tengan la oportunidad de relacionarse, podrán encontrar un lenguaje común, derribar barreras y construir juntos una visión a futuro.

"Fui a China para conocer su cultura y hacer amigos con los que sigo en contacto a través de WeChat. El objetivo de mi viaje era entablar relaciones y no centrarme en el conflicto. La gente que conocí fue amable y acogedora", dijo Colbaugh.

El 25 de marzo, estudiantes de ambos países se reunieron en Shenzhen en el "Bosque de la Amistad de los Jóvenes" para conmemorar el 45 aniversario de relaciones diplomáticas. En la ocasión, plantaron 45 árboles como símbolo de "felicidad y paz".

Colbaugh dijo que espera que los jóvenes continúen con los intercambios y creen amistades para toda la vida.

"Espero que podamos recuperar los lazos y... continuar y animar a otros a ir y hacer lo mismo", agregó. "Creo que a partir de ahora todo irá a más".