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spanish.china.org.cn | 27. 03. 2024 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

¿Por qué Occidente no entiende el modelo económico chino?

Palabras clave: Occidente, modelo económico
Spanish.china.org.cn | 27. 03. 2024

Por Martin Jacques


Las quejas sobre la amenaza de mercados occidentales inundados de productos baratos de fabricación china se dejan sentir cada vez con más fuerza en Occidente, sobre todo en Europa Occidental. La principal preocupación recae en los vehículos eléctricos, los paneles solares y las turbinas eólicas, tecnologías ecológicas clave en la lucha contra el cambio climático. Una acusación común es que China asiste a estos sectores con subvenciones estatales, brindándoles una ventaja injusta en el mercado.

Las críticas revelan una falta de comprensión sobre la transformación económica china y una incapacidad para tomarse en serio su estrategia económica. Ambas cosas nos ayudan a entender la reacción de Occidente ante su actual ascenso, algo que siempre ha negado, en mayor o menor medida. El origen es tanto político (el rol del Partido Comunista de China) como cultural (la creencia de que la invención y la innovación son exclusivas de Occidente y están más allá de la capacidad de culturas como la china). Como consecuencia de esta mentalidad política y cultural, y de prejuicios intrínsecos, Occidente siempre ha ido por detrás del cambio económico chino.

Cuando este empezó a reconocer, aunque a regañadientes y con retraso, su sorprendente crecimiento entre 1978 y 2010, la economía china ya estaba en  proceso de avance acelerado de su cadena de valor, una hazaña que Occidente nunca creyó posible, ya que por mucho tiempo asumió que China estaba destinada a quedarse estancada en los eslabones más bajos de la cadena. La creciente toma de conciencia de que ya no era así fue una de las principales razones del giro político de Estados Unidos en contra de China a partir de 2010. Por desgracia, incluso entonces Occidente no comprendía del todo lo que estaba ocurriendo y optó por analizarlo en términos de copia y engaño. Una manifestación de ello fue la negativa de Estados Unidos en otoño de 2023 a creer que el nuevo chip de 7nm de Huawei era un adelanto chino y no un robo a Estados Unidos o a algún otro lugar.

Un momento álgido fue la publicación en 2015 del programa "Made in China 2025", que establecía 10 sectores industriales clave en los que China necesitaba establecerse como actor global de relevancia por derecho propio, incluyendo la energía y los vehículos ecológicos. Occidente no consideró seriamente estos planes. La idea de que sus vehículos eléctricos empiecen a abrirse campo en los mercados mundiales en 2023-2024 y diezmen la competencia extranjera en el mercado chino se habría tachado de fantasía, hasta que se hizo una realidad innegable. Cuanto más intente Occidente explicar estos acontecimientos en términos de copia y engaño, más lejos estará de comprender la naturaleza y la dinámica del despegue económico chino y, por tanto, subestimará colosalmente el futuro potencial industrial de este país.

Cabe una reflexión más en este contexto. China, como ella misma admite, está muy por detrás de Estados Unidos y Europa en el rubro de aviones comerciales. El C919 inició operaciones el año pasado. Mientras tanto, el principal competidor de Boeing, el 737 Max, se ha visto envuelto en una enorme crisis de seguridad tras dos accidentes mortales y una serie de fallas menores que han sembrado serias dudas sobre su devenir. Esto podría acelerar el atractivo del C919 como rival de peso. ¿Quién hubiera pensado que eso podría ser posible, en lugar de un sueño lejano?

Occidente ha infravalorado sistemáticamente la capacidad del modelo económico chino para ofrecer productos altamente competitivos, centrándose siempre en sus puntos débiles, sin reconocer sus fortalezas, y creyéndose siempre su propia propaganda, ignorando la realidad en el terreno. La verdad es que durante el último cuarto de siglo, e incluso más, el modelo económico chino ha superado –y lo sigue haciendo- al occidental.

El cambio climático es un ejemplo clásico. Desde el Acuerdo de París de 2015, se ha asumido internacionalmente lo vital de limitar el calentamiento global. No es casualidad que China sea, por mucho, el mayor productor mundial de vehículos eléctricos, paneles solares y turbinas eólicas. Que Occidente la desestime por su liderazgo mundial en estos tres ámbitos, todos ellos fundamentales para la lucha contra el calentamiento global, delata una visión sectaria y estrecha, que prioriza los intereses nacionales occidentales sobre el interés público mundial. Lo cierto es que todos, incluido Occidente, dependerá en gran medida de los vehículos eléctricos, los paneles solares y los aerogeneradores chinos en esta batalla. En lugar de actuar con mezquindad y egoísmo, Occidente debería mostrarse agradecido y magnánimo con China por hacer lo que ellos no han hecho.

¿Cómo ha triunfado China de un modo en que Occidente ha fracasado? Como es de conocimiento común, o lo debería ser, China piensa a largo plazo mientras que Occidente, va un poco más allá del presente. Este enfoque es un requisito previo para el desarrollo de nuevos ramos. Además, China dispone de un amplio espacio en capacidad de fabricación, con presencia, a diferencia de cualquier otra economía, en prácticamente todos los sectores industriales relevantes. Esto quedó claramente plasmado durante la pandemia, cuando, sobre todo en 2021, China fue capaz de abastecer las necesidades de gran parte del mundo.

Con el nuevo enfoque en el desarrollo de "nuevas fuerzas productivas de calidad", podemos esperar que el alcance industrial de China ocupe áreas bastante nuevas en el futuro.


El autor es profesor visitante en el Instituto de Relaciones Internacionales Modernas de la Universidad de Tsinghua e investigador principal en el Instituto de China de la Universidad de Fudan.