Messi juega en un partido que involucra "integridad"

El club estadounidense de la Major League Soccer (MLS) el Inter Miami CF disputó un partido amistoso con el Vissel Kobe en la tarde del 7 de febrero. A diferencia del cotejo hace tres días en Hong Kong, el argentino Lionel Messi salió del banquillo y jugó 30 minutos, demostrando una buena condición física. Fue el único de los 6 amistosos de pretemporada en el que el astro estuvo ausente. Otros futbolistas que resaltaron, como Luis Suárez, que no jugó en Hong Kong, fueron titulares la noche del 7 de febrero. Anteriormente, hubo voces que cuestionaron el trato diferenciado de Messi y el Inter de Miami. Este partido incrementó las dudas y sospechas sobre la integridad de ambos.

Messi es una estrella en la comunidad deportiva internacional. Tras ayudar a la selección argentina a proclamarse campeona en el Mundial de Catar 2022, su reputación alcanzó su punto cumbre y muchos lo consideran un ídolo. Cuando el Inter de Miami viajó a Hong Kong para disputar un amistoso, atrajo a casi 40 000 espectadores. Algunos de la parte continental de China viajaron 12 horas desde Xinjiang solo para ver a Messi. Hong Kong mostró un gran entusiasmo y el Gobierno de la Región Administrativa Especial hizo los preparativos y la coordinación adecuados. Sin embargo, el sudamericano no salió del banco en los 90 minutos, no tuvo interacción con el público y no dio explicaciones a sus seguidores sobre el motivo, tal y como lo solicitó el Gobierno local. Frente a esta disparidad, la decepción de las autoridades y de la hinchada es más que comprensible. El impacto de este incidente superó con creces el ámbito deportivo.

Cabe señalar que, en general, el público demostró un civismo y moderación extremadamente altos, algo encomiable. Sin embargo, tal actitud no significa ser fácil de intimidar. Tras el cotejo hasta la mañana del 7 de febrero, el Consejo del Consumidor de Hong Kong recibió 629 quejas, con un gran número de personas solicitando el reembolso de las entradas o al menos una compensación por parte del organizador. Varios aficionados expresaron su desilusión en las redes sociales por Messi y el club.

Quizás dándose cuenta hasta cierto punto de la gravedad del asunto, el organizador Tatler, el propio Messi y su equipo iniciaron una ronda de "gestión de crisis de relaciones públicas". De acuerdo con lo declarado, la razón principal de la no presencia de Messi en el campo de juego fue una lesión.

Por supuesto, la salud de los jugadores es la máxima prioridad y todo el mundo puede entenderlo. El problema radica en que el organizador había afirmado previamente que Messi jugaría, de ahí la sensación de engaño entre sus aficionados. Messi no tomó ninguna medida para apaciguar la decepción in situ y no hubo disculpa alguna en las declaraciones posteriores. Incluso afirmó que volvería a Hong Kong si se le daba la oportunidad, lo que incremento el desencanto y sumó la falta de respeto. La "vibrante actuación" del astro en cancha japonesa, no hace sino reforzar aún más las sospechas.

No es la primera vez que Hong Kong organiza un partido amistoso internacional de envergadura. No obstante, casos como el de Messi son muy raros. Sus explicaciones y las del Inter de Miami no convencen y existen especulaciones sobre las verdaderas razones. Una teoría son motivos políticos ya que Hong Kong buscaba fomentar su economía con el evento y fuerzas externas querían deliberadamente avergonzarlo con este incidente. A juzgar por el desarrollo de la situación, esta hipótesis no puede desterrarse.

El calendario de amistosos del Inter de Miami ha terminado, pero Messi y el club no pueden marcharse sin más, desoyendo a la hinchada y a la opinión pública. Messi no es solo un futbolista, es también una figura pública. Los aficionados aprecian sus habilidades en la cancha y su carácter. Para él, el espíritu profesional y contractual es lo esencial, y hay exigencias más elevadas, como la responsabilidad social. Si hay algún fallo o infracción en su integridad, la atención se volcará en una reacción violenta de consideración. Está previsto que la selección argentina, de la que Messi es miembro, viaje a China para un amistoso en marzo de este año. Se espera que previo a ello, haya una explicación razonable.

Algunos medios occidentales aprovecharon la ocasión para desprestigiar a Hong Kong, alegando que afectó su imagen y reputación internacionales. Esto no tiene sentido. El Gobierno de la región y sus ciudadanos manejaron el tema con transparencia y moderación, mostrando un alto nivel de civilización y franqueza durante todo el proceso. El escenario está preparado y si los invitados no actúan bien, puede ser un poco humillante para el anfitrión. Si alguien debería sentirse menos, ese sería Messi, el Inter de Miami y Tatler. Todos saben la actitud y el rendimiento esperado en un cotejo amistoso normal. No hay superestrellas eternas, solo una pasión permanente por el fútbol. Cualquiera que desvíe la intención original de este deporte, independientemente de sus motivos, no conseguirá buenos resultados.