China se prepara para recibir el nuevo año a lo grande

Falta solo una semana para el Año Nuevo Chino, o Fiesta de la Primavera, el 10 de febrero. Todos lucen ocupados con los preparativos para esta importante fecha tradicional y el ambiente festivo ya se extiende por todos los rincones del país, desde los concurridos mercados y calles elegantemente decoradas hasta las abarrotadas muestras de faroles.

De acuerdo con el calendario lunar chino, el 2024 será el Año del Dragón de Madera. Este animal místico representa la nacionalidad china, el poder, la nobleza y la inteligencia. Combinado con la madera, que significa crecimiento, desarrollo y prosperidad en la cultura del wuxing (los cinco elementos), se prevé que el año venga cargado de oportunidades, cambios y desafíos.

Cuando China atraviesa por un momento vital de recuperación económica, el Año del Dragón de Madera trae expectativas para su pueblo y las celebraciones no se dejan esperar a nivel nacional.

En Shanghai, el espectáculo anual de faroles del Jardín Yuyuan arrancó el 21 de enero con un gran número de visitantes. Solo la tarde del 28 de enero, la cifra superó los 20 000, todo un record para la actividad.

El lugar es un emblema cultural de la metrópolis. Es su jardín tradicional más grande, antiguo y mejor conservado. Presenta pabellones típicos de estilo chino y puentes en zigzag sobre los estanques, y ha servido de escaparate para mostrar la cultura china.

Los faroles, representativos de la cultura popular china y patrimonio cultural inmaterial nacional, han iluminado el recinto 29 años consecutivos.

Con motivo del Año del Dragón, esta vez la feria tiene como tema "Montaña y Mar", con dragones y criaturas míticas del "Clásico de las Montañas y los Mares". Su despliegue se vive en simultáneo en 4 ciudades de China y Francia: París, Shanghai, Shenyang y Rudong.

En Beijing, la agenda cubre una amplia gama de actividades culturales; todo un colorido festín cultural y turístico para propios y extraños, anunció el lunes el Gobierno local.

Las tradicionales ferias de los templos de Ditan, Changdian y Shijingshan volverán con fuerza. La de Changdian resaltará el ambiente de la ciudad con el tema "Paseando por el eje central de la antigua capital para apreciar el centenario Changdian".

Durante la Fiesta de la Primavera, cada distrito organizará diversos festivales de faroles, exposiciones de flores, desfiles y adivinanzas que permitirán a residentes y turistas sumergirse en las costumbres de la región norteña.

Con orígenes ancestrales, la Fiesta de la Primavera es el festejo cumbre en el país. A lo largo de miles de años, han nacido costumbres y tradiciones, y muchas de ellas siguen vigentes hasta nuestros días junto con los faroles y las ferias de los templos.

En las sociedades agrícolas, las amas de casa empezaban a preparar la comida del nuevo año el octavo día del duodécimo mes lunar. Como el proceso de curación de algunos platos complejos, como las conservas de carne, llevaba mucho tiempo, los preparativos debían hacerse con antelación. Muchas provincias y regiones tienen la costumbre de conservar las carnes, siendo las más famosas las provincias de Guangdong, en el sur, y Sichuan, en el suroeste.

Las coplas y las pinturas de Año Nuevo son también formas de expresión únicas en la cultura china. Las primeras suelen escribirse en papel rojo y contienen poemas auspiciosos que expresan bendiciones y alegría. Las segundas son un tipo de arte popular que alude a la buena suerte y se utiliza para decorar las casas. Durante la Fiesta de la Primavera, todos los hogares, urbanos o rurales, eligen un par de coplas rojas para sus puertas lo que añade un ambiente de júbilo a la fecha.

Además de las coplas, algunas familias también pegan el carácter chino "福" (fu), que significa buena fortuna y felicidad en sus puertas, paredes y dinteles, como anhelo de una vida feliz y un futuro mejor.

Las danzas del dragón y el león son los espectáculos más representativos de las celebraciones. Suelen interpretarlas grupos profesionales en lugares públicos como plazas y calles.

Desde tiempos milenarios, China ha sido un país agrícola y las condiciones meteorológicas favorables son claves para la producción y la vida. En la mente de los antiguos, se creía que los dragones tenían el poder de invocar el viento y la lluvia y alejar los desastres y las epidemias. Por ello, la tradición de su danza emergió con la esperanza de obtener tales bendiciones.