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spanish.china.org.cn | 24. 04. 2023 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Repartidor de día, poeta de noche

Palabras clave: poeta, repartidor, literatura

Wang Jibing, repartidor de 55 años, acaba de publicar su segundo poemario "Amo con torpeza este mundo".

"Soy una persona torpe y persistente. Amo con torpeza el mundo y registro obsesivamente la vida en mis escritos", dijo. Wang publicó su primer libro de poemas "Hombre con prisa" en febrero.

En las últimas décadas, Wang ha intentado ganarse la vida de diversas maneras. Como albañil, basurero y ahora repartidor en la ciudad de Kunshan, provincia oriental china de Jiangsu.

"Si la vida de un repartidor es amarga como tomar una medicina, no hay duda de que la poesía es para mí el caramelo después de ella", anotó.

Desde 2009, Wang ha escrito más de 4000 poemas sobre diversos temas como experiencias laborales en distintas ciudades, recuerdos de sus padres y su ciudad natal y observaciones sobre la sociedad y la vida.

Escribir poemas ha cambiado inconscientemente su actitud hacia la tranquilidad y la gentileza. Hacer poesía es fruto de una larga afición por la literatura y la lectura. "Puedo decir que la literatura me salvó", afirma Wang.

En los años 80, cuando aún no había cumplido los 20, siguió a un equipo de construcción a Shenyang, capital de la provincia nororiental de Liaoning. Un día, mientras paseaba, encontró un puesto de libros al borde de la carretera donde podía leer gratis. Cogió uno y empezó su lectura, luego devino la rutina de todas las noches.

"En aquella época, leía todo lo que encontraba, pero a veces cuando iba por la mitad de una historia, el ejemplar desaparecía al día siguiente", cuenta. Así que se le ocurrió la idea de escribir relatos a partir de sus propios sentimientos e imaginación y los registró a diario. Poco a poco, lo empezó a hacer con regularidad.

Tras aprender a usar el ordenador en la década de 2000, Wang intentó subir sus poemas en la red. Algunos internautas locales lo invitaron a varios foros de poesía y los "poemas del repartidor" comenzaron a ser populares en el círculo.

"En estos foros aprendí algunas técnicas de escritura poética. También publiqué mis poemas y los revisé, a veces incluso una docena de veces, basándome en los comentarios de los usuarios”, contó Wang.

Las experiencias de vida han enriquecido los poemas de este repartidor. Sobre todo después de trabajar en el oficio, sus obras han experimentado cambios significativos de estilo y perspectiva.

Wang asegura que repartir comida le permite relacionarse con más gente y vivir más cosas, y muchos de sus pensamientos han dado un vuelco. Asimismo, le ha otorgado una mayor comprensión y empatía hacia los demás. "Disfruto mi trabajo de repartidor. Me inspira mucho".

El poema "Gente con prisa", que le sirvió para darse a conocer en Internet, se basa en una desagradable experiencia en 2019. Debido a que el cliente dejó la dirección equivocada, tuvo que apresurarse para entregar la comida y ello retrasó otras órdenes.

Cuando volvía del trabajo, escribió: "La gente con prisa no tiene estaciones, solo pasa de la última parada a la siguiente". Admitió que los poemas le han brindado comodidad y reconciliación consigo mismo.

Quienes leen con atención sus poemas pueden discernir en ellos cierta sencillez y realidad porque están muy vinculados con la vida cotidiana y captan la alegría y el sufrimiento de la gente común. Wang refleja el mismo optimismo y sinceridad que sus obras. "Las luchas en la vida pueden servir ocasionalmente como fuente de motivación", resaltó.