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spanish.china.org.cn | 22. 03. 2023 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Grupos pesqueros en estado de alerta ante inminencia de vertido de aguas contaminadas de Japón

Palabras clave: Japón, Fukushima, aguas contaminadas

Un buceador nada con un banco de peces en las Islas Salomón.


Días después del 12 aniversario de la catástrofe nuclear de Fukushima, Japón comenzó los preparativos para la descarga de aguas contaminadas de la instalación de Fukushima Daiichi.

Pese a la fuerte oposición interna y externa, el país nipón continúa con su plan de verter más de un millón de toneladas de agua irradiada al océano Pacífico en la primavera o verano de este año, según confirmó Tokio en enero.

Este artículo recoge las opiniones de grupos del sector pesquero y personas entrevistadas en relación con esta decisión. Además, examina sus posibles repercusiones en el rubro pesquero en y fuera de la región desde una perspectiva económica y de mercado.

Huang, un pescador de 58 años de Qingdao, provincia de Shandong, en el este de China, lleva casi toda su vida dedicado al mar. Gran parte de sus capturas proceden del Mar Oriental de China antes de llegar a las mesas de consumidores locales e internacionales. Huang, que en un principio esperaba continuar su oficio al menos por 10 años más, podría tener que cambiar sus planes debido a la situación actual que obliga a otros como él a abandonar la labor de toda una vida.

El accidente nuclear de Fukushima generó más de 1,3 millones de toneladas de aguas contaminadas y cada día se producen 100 toneladas más. Esta queda almacenada en más de 1000 tanques temporales y hay planes para liberarla en el océano en un plazo de 30 años.

Según una investigación realizada por una institución alemana de estudios marinos, los materiales radiactivos del agua se extenderán en gran parte del Pacífico a los 57 días de su vertido y seguirán su rumbo por todo el mundo a lo largo de la próxima década, lo que traza un sombrío panorama para el entorno marino y la salud pública.

El impacto ha hecho sonar la alarma sobre posibles pérdidas económicas para las comunidades pesqueras locales debido a un descenso en la confianza de los consumidores y de la demanda de marisco procedente de las zonas afectadas, según declararon varias personas del ramo.

Aunque no es claro el alcance preciso de los daños, una descarga de tal magnitud es suficiente para crear preocupación e indignación por el efecto irreversible que podría causar en el océano, siendo la vida marina una de las primeras en recibir el choque, afirmaron conocedores del sector y expertos, quienes instaron al gobierno japonés a reconsiderar su irresponsable programa.


Alarma en el rubro

Huang ha pasado la mayor parte de su tiempo pescando en el Mar Amarillo y partes del Mar Oriental de China. Cuando supo sobre la decisión, le afectó tanto a él como a sus colegas de oficio.

"Estamos muy preocupados por la descarga de aguas nocivas no solo por su posible perjuicio a nuestra salud, sino también por la amenaza que supone a los recursos marítimos regionales de los que dependemos en gran medida para subsistir”, declaró.

Su temor es compartido por otras personas del sector como Sun Yanfa, marisquero y cultivador de algas, y también subdirector de la Cámara de Comercio de Changhai en Dalian, provincia nororiental china de Liaoning.

Sun lleva más de 30 años en la industria y sus productos son cada vez más populares no solo en el mercado interno, sino también en el extranjero, con Estados Unidos y Japón como sus principales destinos.

No obstante, ante la creciente preocupación del consumidor por el controversial vertido, Sun afirmó que mucha gente dejará de comprar marisco de Japón y de otras regiones a medida que el impacto avance.

Dados los previsibles daños a la industria pesquera local, Sun insistió en que "en caso de que la descarga por parte del gobierno japonés tenga algún impacto, debemos pedir una compensación por las pérdidas resultantes".

Chi Feiyue, vice secretario general de la Asociación de Pesca de China, declaró que, desde el punto de vista geográfico, las aguas adyacentes, como la región del Mar Amarillo y el Mar Oriental de China, ricos en diversidad marina y zona de producción primaria de pez sable y listoncillos, llevarían la peor parte.

Por ejemplo, la región del Mar Amarillo, que incluye las penínsulas de Liaodong y Shandong, es la principal zona de cría de moluscos, ostras, pepinos de mar y algas marinas. Entre ellos, la reproducción de vieiras representa el 90 % de la producción total china, mientras que el wakame, un tipo de alga, supone el 80 %.

"Nos oponemos firmemente a que Japón libere aguas residuales porque de tener un efecto, sería devastador", señaló Chi.

Además de las corrientes oceánicas, el pescado tiene un proceso de reflujo que en sí mismo también aumenta el riesgo de contaminación por radiación, agregó.

Chi anotó que para reducir el choque en la pesca, China gasta cientos de millones de dólares al año en liberar alevines, lo que supone un gran aporte a la sostenibilidad del sector en alta mar. Además, impone vedas para mantener el número de animales marinos.

"Pero si se liberan aguas tóxicas de Japón, todos estos esfuerzos serán en vano", afirmó Chi.


Respuesta internacional

Participantes internacionales del mercado, como Corea del Sur y Japón, también compartieron su temor dado que el vertido podría amenazar otras zonas.

El empleado de una sucursal en Shanghai de la Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras de Corea del Sur declaró su rechazo a la medida japonesa y expresó la preocupación de la empresa por el posible efecto en los productos marinos.

Según la fuente anónima, más de la mitad de las firmas miembro se dedican a la piscicultura y a la pesca en alta mar por lo que los participantes del ramo, incluidos los principales, pagaran caro si el plan continúa.

"Es posible que muchos consumidores ya no quieran adquirir mariscos lo que afectará duramente a la industria pesquera", afirmó.

El caladero de Hokkaido, en sus aguas sudorientales y considerado como el núcleo de sus pares en el Pacífico Norte, sería uno de los primeros en sufrir las consecuencias de tal acto, según fuentes del sector.

La zona es el mayor caladero del mundo y es conocido por su abundante variedad de peces como el salmón, el abadejo, el saurio, el arenque del Pacífico y la sardina de Extremo Oriente.

El 13 de abril de 2021, Japón decidió unilateralmente descargar agua contaminada por energía nuclear tras su tratamiento en el océano a pesar de la fuerte oposición. Las consecuencias de tal plan han calado duro en su industria pesquera.

Toshimitsu Konno, jefe de la Asociación de Cooperativas Pesqueras Soma Futaba de la prefectura de Fukushima, declaró a la Agencia de Noticias Xinhua en marzo: "Estamos totalmente en contra del [nuevo] vertido".

Según Konno, las capturas en el área equivalen ahora a solo el 20 % del volumen anterior al terremoto de 2011, aunque los precios del pescado han recuperado entre el 70 y el 80 % del nivel previo al seísmo. Verter el agua contaminada dañaría aún más la reputación de los productos marinos locales.

"Una vez que se descargue, nuestros esfuerzos de una década tendrán que empezar de nuevo", alertó.

El sector pesca de países insulares del Pacífico también pagará junto con el mercado mundial de pescado.

Estadísticas muestran que la región del Pacífico Occidental es la mayor zona de pesca de atún del mundo, con cerca del 70% de la producción mundial de cuatro grandes pesquerías de atún, según reportes de los medios.

En respuesta al programa, estas naciones solicitaron a Japón en enero posponer la descarga ante la preocupación por el posible impacto en la vida marina.

Un grupo regional de 17 países insulares argumentó el gran efecto en los caladeros de los que dependen sus economías, según informó la prensa.

"No me cabe duda de que es absolutamente necesario más tiempo para considerar plenamente todas las implicancias de tal decisión antes de elegir un curso de acción que no solo sea beneficioso para Japón sino también para los países insulares del Pacífico, destacó Henry Puna, secretario general del Foro de las Islas del Pacífico.