Desaprobación del consumidor chino puede afectar a las empresas estadounidenses

Botellas de Coca-Cola en un supermercado en China.

Más del 90 % de los cibernautas chinos de una encuesta en línea de Global Times desaprobaron la actitud de Estados Unidos, apoyaron fuertes represalias, pero se mostraron razonables y minimizaron su impacto en la apertura del país.

Este sentimiento negativo tan fuerte contra la nación norteamericana entre los internautas chinos, debido a las crecientes medidas de separación y la implacable represión contra empresas tecnológicas chinas, afectará inevitablemente el consumo de sus productos, particularmente bienes de consumo, y el potencial golpe para sus firmas no debe subestimarse.

A medida que la pandemia de COVID-19 ensombrece la economía mundial, la de China ha mostrado señales de una sólida recuperación a partir del exitoso control del brote en el segundo trimestre. Este año o el próximo, China podría liderar en el desempeño económico entre las potencias del mundo.

Varias compañías estadounidenses han sufrido grandes pérdidas en la primera mitad del año, el vasto mercado chino es vital para ellas. Sin embargo, el enfoque cada vez más aislacionista de Estados Unidos tendrá repercusiones indirectas en la venta de sus productos entre los consumidores chinos. Los errores de juicio de sus políticos estadounidenses dañarán a su propio círculo empresarial.

Estados Unidos es el país cuya preferencia por sus productos y marcas entre el público chino ha caído en el orden del 63,7 %, según un sondeo de Global Times en julio.

No obstante, el creciente descrédito de sus bienes y el fuerte respaldo a represalias en su contra entre los consumidores no significa que Beijing tome medidas en desmedro de las compañías estadounidenses, a menos que participen en acciones como la venta de armas a Taiwán. El gobierno chino se ha comprometido a crear un entorno empresarial abierto e igualitario para la inversión extranjera.

Estados Unidos acumula riesgos financieros en medio de la crisis sanitaria, que hace tambalear su condición de refugio seguro para el capital internacional, y la represión de las empresas tecnológicas chinas debilita su rol como un proveedor confiable. En este caso, China puede adoptar la posición que este ha dejado vacía.