2011Fotos>Internacional>
spanish.china.org.cn | 27. 03. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Los ataques de EE. UU. ponen en peligro la legitimidad del G7

Palabras clave: EE. UU., G7

Casos de COVID-19 en naciones del G7.


Un día antes de la cumbre virtual de emergencia del G20 del jueves sobre la pandemia del COVID-19, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo intensificó su estigma contra China en una reunión de ministros de Asuntos Exteriores del G7, exhortando a sus miembros a referirse a la enfermedad como "virus de Wuhan".

En momentos en que su propagación ensombrece millones de vidas, el juego de la culpa de Pompeo parece peligroso y egoísta, ya que su objetivo es explotar la crisis con fines políticos, un hecho que podría poner en jaque los esfuerzos mundiales para frenar la pandemia, dijeron algunos analistas.

Su accionar también daña la legitimidad del G7 ya que el grupo se ha visto envuelto en sus propios intereses, que incluso una crisis de salud global fracasaría en desviar a los Estados Unidos de su mentalidad de Guerra Fría.

Pompeo sostuvo que los miembros del G7 se unieron para oponerse a la "desinformación" sobre el coronavirus de China durante la conferencia de prensa posterior a la cita, y culpó al país asiático justo después de afirmar que ahora no era el momento de señalar responsables, sino de centrarse en métodos para controlar el brote.

Sus comentarios y los constantes ataques de Estados Unidos contra China muestran una mentalidad de Guerra Fría, que provoca odio cuando Beijing y Washington deberían promover la cooperación, opinaron los expertos.

"Si no se abandona este pensar, no habrá solución a la crisis mundial de salud ni a otros problemas de seguridad nacional o internacional", declaró a Global Times Li Haidong, profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Asuntos Exteriores de China.

En términos de la unidad mencionada por Pompeo entre las principales democracias industrializadas, la ausencia de una declaración conjunta fue esclarecedor.

La cuenta de SinaWeibo de la Embajada de Estados Unidos en China, bajo la jurisdicción del departamento de Estado liderado por Pompeo, cambió el término "coronavirus" por "virus de Wuhan" el jueves y lo mencionó 4 veces el mismo día.

En una de sus publicaciones, la representación diplomática acusó sin pruebas. Así señaló que "la principal aerolínea terrorista de Irán, Mahan Air, voló en 55 ocasiones entre Teherán y China, y propagó aún más el virus de Wuhan entre el pueblo iraní... Al menos 5 de los primeros casos en otros países procedieron de Irán y pusieron en peligro millones de vidas más".

Tal movimiento está generando más problemas en un mundo que lucha por contener la pandemia, dijeron los analistas.

Se supone que la pandemia es una lección para el planeta sobre la importancia de la cooperación y la fortaleza de las instituciones globales, enfatizaron los observadores. Pero la administración actual en Washington "no ve la necesidad de un enfoque multilateral", dijo a Global Times Fraser Cameron, director del Centro UE-Asia y asesor principal del Centro de Política Europea (EPC).

Como el mundo espera respuestas y soluciones prácticas a la crisis y no desacuerdos innecesarios, el G7 no logró abordar el tema.

Desde el brote, el grupo ha celebrado una serie de reuniones sobre el COVID-19 para crear conciencia entre las naciones sobre el virus, pero su capacidad de ejecución es pobre, opinaron los observadores.

Dejando a un lado sus divergencias sobre gobernanza del sistema económico mundial y respondiendo a las medidas para hacer frente a la pandemia, "los miembros del G7 padecen de una gran escasez de recursos médicos, como máscaras, respiradores y trajes de protección. ¿Cómo pueden contribuir con otras regiones si ni siquiera pueden ver por ellos mismos?, se preguntó Li.

A principios de mes, se supo que el gobierno estadounidense buscaba un acuerdo exclusivo para hacerse de una empresa alemana, que trabaja en una vacuna contra el coronavirus. Berlín mostró su descontento frente al intento.

El sol se pone en el G7, dijo Ruan Zongze, vicepresidente ejecutivo del Instituto de Estudios Internacionales de China. Otros especialistas coincidieron, e indicaron que podría ser el momento de considerar una posible fusión entre esta organización exclusiva enfocada en sus propios dilemas, con el G20, un club de países desarrollados y en desarrollo, así como de economías emergentes, que supera con creces al primero en materia de representación de asuntos mundiales.

"Es hora que el G20 difunda esperanza", recalcó George N. Tzogopoulos, profesor del Instituto Europeo de Niza, Francia.


   Google+