Una celebración muy especial en medio de la incertidumbre

Dechoi, residente de Lhasa en la región autónoma del Tíbet, ofrece a sus sobrinas chemar, una mezcla de harina de cebada y mantequilla, por motivo del Año Nuevo tibetano el lunes.

Losar o Año Nuevo tibetano cayó el lunes y marca el inicio de una festividad de dos semanas de duración. Lo que lo diferencia de otros años es que la mayoría de los tibetanos esta vez debe celebrarlo en casa debido al brote del nuevo coronavirus.

La región autónoma del Tíbet fue la última en la parte continental de China en reportar un nuevo caso y este se recuperó y salió del hospital el 12 de febrero.

Su fiesta tradicional, Losar, marca el comienzo del Año de la Rata de Hierro.

Como parte de los esfuerzos del país por contener la epidemia, se les ha solicitado a los residentes evitar las multitudes y las reuniones, pero ello no les impide festejar.

En lugar de visitarnos para tomar vino de cebada y chemar, una mezcla de harina de cebada y mantequilla, como una forma de dar la bienvenida a la temporada, este año las costumbres pasan al ámbito telefónico.

"El Año Nuevo es un poco diferente ya que el país todavía combate la epidemia", dijo PemaWangyal, un residente tibetano del distrito de Chushul.

"Muchas personas en diferentes partes del país han sufrido grandes pérdidas. Les enviamos nuestras condolencias", dijo el hombre de 42 años.

"Hice todos los preparativos para el Año Nuevo, como siempre, en mi sala del santuario. Hice todas las ofrendas frente a la mesa de ofrendas, y las mesas del comedor están repletas de opciones muy deliciosas”, apuntó.

Para saludar a amigos y familiares, utilizolos mensajes de textos o las videollamadas. "A través del video, podemos brindar con vino de cebada y cerveza. Aunque no compartimos la misma mesa, sentimos la cercanía".

Como deseo del nuevo año, Pema Wangyal expresó: "Espero que nadie necesite máscaras. Quiero ver sus sonrisas lo antes posible".