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spanish.china.org.cn | 14. 10. 2019 | Editor:Eva Yu Texto

Las divisiones irlandesas encuentran terreno común en el brexit

Palabras clave: Brexit, Irlanda

 

El retiro del Reino Unido de la Unión Europa ha provocado grandes divisiones en el otrora imperio, pero en su isla vecina, Irlanda, el tema ha surtido un efecto mas bien contrario.

Al igual que Gran Bretaña, la derecha reina en el Gobierno irlandés desde los comicios de 2016. Aunque en minoría, mantiene una alianza con su principal opositor, también conservador pero un poco más tirado hacia la socialdemocracia. La diferencia entre ambos data de la guerra civil: El Fianna Fáil, históricamente en el poder, son los descendientes de Eamon de Valera, el padre de la patria. El Fine Gael, actualmente en el gobierno, son los de Michael Collins, artífice de la separación de los 6 condados del norte, y para muchos un traidor.

El tema del brexit es visto como una emergencia nacional y el Fianna Fáil se ha comprometido a no ir en contra del Gobierno y a celebrar elecciones en la primavera del año que viene, cuando haya pasado lo peor.

Su primer ministro Leo Varadkar emerge como un estadista frente a un desenfrenado Boris Johnson, y pese a gozar de una gran popularidad en el exterior, en casa el último año no le ha ido nada bien debido a la crisis de la vivienda y de la sanidad. Vivir en Dublín hoy en día es tan caro como Londres o Nueva York y la infraestructura sanitaria brilla por su ausencia.  Sólo un 36 % de los irlandeses aprueba su gestión.

Frente a ello, el Fianna Fáil, pese a su mal manejo de la crisis financiera que hizo sucumbir al país ante el FMI y obligó a toda una generación a emigrar en busca de un mejor porvenir, ha ganado terreno para ubicarse a sólo 3 puntos del partido de Varadkar.

Sin embargo, en medio del caos interno, el tema del brexit parece tener un efecto aglutinador. Irlanda es a todas luces proeuropeo y ello se explica en parte por la cuantiosa ayuda recibida del bloque, por lo que tanto izquierda como derecha rechaza de plano una frontera dura y ningún partido propone una salida de la organización.

El retiro del Reino Unido, negociado o a la mala, es un problema para Irlanda. En el peor escenario, los expertos estiman la pérdida de 50 000 empleos y varios puntos del PIB, así como el aumento de la deuda pública y del costo de vida. La diferencia radica que mientras Londres pasará la enfermedad en solitario, Dublín lo hará en familia.


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