Orden internacional no tolera imprudencia

El actual orden internacional no permite acciones imprudentes y todo gobierno que ignore las reglas está condenado al fracaso.

El gobierno estadounidense lleva más de un año blandiendo los aranceles como si de una porra se tratase, provocando disputas comerciales, y se ha convertido en el mayor alborotador de la comunidad internacional.

EEUU impuso aranceles adicionales sobre los bienes chinos sin la autorización de la Organización Mundial de Comercio (OMC), ignorando sus propias promesas y las reglas de la OMC. Es un acto arbitrario e imprudente de imposición de reglas unilaterales sobre las internacionales.

De hecho, la hostilidad hacia las reglas internacionales ha sido el sello de las políticas exteriores del actual gobierno estadounidense.

En los últimos cinco años, el país norteamericano se ha retirado de organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas y la Unión Postal Universal.

Asimismo, se ha retirado de una serie de tratados internacionales como el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), el histórico acuerdo climático de París, el Pacto Mundial sobre Migraciones de la ONU, el tratado nuclear iraní y el Protocolo Facultativo de Resolución de Disputas de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

EEUU también trató de forzar la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el Tratado de Libre Comercio entre EEUU y la República de Corea.

Los actos unilaterales de EEUU han supuesto desafíos graves a las reglas internacionales y la gobernanza global.

Sin embargo, ya no estamos en los tiempos de la hegemonía en los que los países competían por mostrar su fuerza. Los asuntos globales deben ser resueltos mediante la negociación.

El modelo internacional de fuerza está cambiando rápidamente y la multipolaridad es cada vez más evidente. En un mundo con crecientes asuntos transfronterizos y una creciente demanda de un sistema global de reglas, EEUU está creando problemas tanto para sí mismo como para otros en su defensa del unilateralismo.

Defender el multilateralismo y el sistema multilateral basado en reglas es un interés fundamental de todos los países.

Si EEUU insiste en hacer las cosas a su modo, irá rumbo al fracaso.