Ex combatientes colombianos apuestan a sustento con elaboración de cerveza artesanal

Imagen del 27 de marzo de 2019 de botellas de cervezas de la marca "La Roja", elaborada por ex guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), siendo mostradas en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación Antonio Nariño, en el municipio de Icononzo, departamento de Tolima, Colombia. La Roja es el nombre de la cerveza artesanal con que ex combatientes de las desaparecidas FARC apuestan al sustento económico de quienes hace más de dos años dejaron las armas, para emprender entonces el camino de la reincorporación a la vida civil. Un grupo de ex combatientes de las FARC produce esta cerveza de levadura tostada y sabor orgánico en un pequeño taller del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación Antonio Nariño, ubicado en el municipio de Icononzo, en el departamento del Tolima (centro). 

La Roja es el nombre de la cerveza artesanal con que ex combatientes de las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) apuestan al sustento económico de quienes hace más de dos años dejaron las armas, para emprender entonces el camino de la reincorporación a la vida civil.

Un grupo de ex combatientes de las FARC produce esta cerveza de levadura tostada y sabor orgánico en un pequeño taller del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación Antonio Nariño, ubicado en el municipio de Icononzo, en el departamento del Tolima (centro).

El producto, que se puede adquirir en diferentes lugares de Colombia, representa una producción quincenal de 500 botellas.

Para su elaboración, los emprendedores recibieron capacitación en la que conocieron los pormenores del producto 100 por ciento orgánico, es decir, sin preservadores químicos, que además ha sido muy bien recibido entre quienes lo han probado.

El proyecto es liderado por Rubén Darío Jaramillo Cardona, quien durante 32 años colaboró con la otrora guerrilla al desempeñar diferentes actividades de tipo económico.

"Empezamos con una producción de 25 litros, luego con 100 litros y ahora vamos en 150 litros", compartió el ex combatiente con Xinhua.

"Pensamos profundizar a producir 300 litros y llegar a producir 1.000 litros, con los recursos económicos de otras organizaciones solidarias que nos vayan aportando", agregó.

Para Jaramillo, este emprendimiento es un ejemplo de lo que se puede realizar con la voluntad y con la unión de los diferentes actores sociales que alguna vez estuvieron enfrentados, pero que hoy empujan el desarrollo del país en la misma dirección.

"Este país tenemos que sacarlo adelante no solamente nosotros los ex combatientes y las comunidades, sino con el Estado colombiano; las fuerzas militares, la Policía Nacional, con quienes nos hemos entendido muy bien hasta el momento", dijo Jaramillo.

"Este proceso es para trabajarlo con todas las comunidades y que llegue a otras partes, no solamente del municipio, sino a lo urbano y rural", dijo.

El ex integrante de la guerrilla expresó que su anhelo es "la paz, el bienestar y el progreso" de Colombia.

El proyecto, surgido de aportes voluntarios de quienes lo integran, se define como una autogestión con miras a beneficiar tanto a los ex combatientes que habitan el Espacio Territorial, como a comunidades vecinas.

Esperan para ello incluir a habitantes de localidades colindantes con el Espacio Territorial y así aumentar la oferta de empleo en la región.

Las mujeres, tanto ex combatientes como familiares y esposas de ellos, son elementos fundamentales del proyecto, ubicado en uno de los dos espacios territoriales.

La creación de empresas es para ellas un paso fundamental en sus proyectos de vida, que tras los acuerdos de paz firmados en 2016, les han abierto panoramas más alentadores que los vislumbrados cuando estaban en la dinámica del conflicto armado.

Una de las participantes de este proyecto, María Azucena Rojas, esposa de un ex combatiente, compartió con Xinhua los beneficios que a su parecer ha dejado en las familias el tránsito del conflicto armado hacia la reconciliación.

Esta mujer, quien se encarga de lavar y etiquetar botellas, expuso que entre los beneficios está "la alegría de saber que podemos salir sin ningún temor, que no tenemos ninguna preocupación, porque anteriormente era terrible saber lo que nos podían hacer: vivíamos muy intimidados".

"Yo me siento muy feliz aquí en este Espacio Territorial, y me da mucha alegría que las fuerzas militares nos apoyen y que las veamos como unos amigos. A mí me satisface mucho", dijo.

Azucena habló, además, de la expectativa que le genera ser parte de uno de los proyectos encauzados por las cerca de 300 personas que hay en este espacio de reincorporación.

"Poder tener una finca donde tengamos ganado, pero no solamente para beneficio propio, sino para otras personas", consideró.

"Sin egoísmo, porque a veces lo que nos mata más es el egoísmo y la envidia. Mi anhelo es poder servir, no ser servida, sino también servir", expresó.

Han invitado además al sector privado a apostarle a este tipo de proyectos, al tener garantizada una mano de obra de personas acostumbradas a la disciplina del trabajo y educadas bajo los lineamentos de la economía colaborativa.

Otro de los participantes de la iniciativa productiva es José Hernando Mayorga, quien durante 31 años le apostó a las armas y que ahora augura buenos resultados al proyecto, mientras sellaba una a una botellas de cerveza.

"La invitación para todas las personas es que vengan a disfrutar. Primero que todo a conocer el espacio territorial y a disfrutar una cerveza muy saludable, que no es dañina para la salud", comentó Mayorga.

Invitó también a quienes quieran participar: "Si cualquier organización o personalidad o empresa nos quiere hacer aportes, bienvenidos sean, eso sería un aporte muy grande para la reincorporación y para la paz de Colombia".

Está contemplado que el presidente colombiano, Iván Duque, visite por primera vez el próximo 4 de abril el Espacio Territorial Antonio Nariño.

Los ex combatientes ven con esperanza la visita de Duque, en el sentido de que se ejecuten mayores recursos por parte del Estado y los proyectos productivos se consoliden.

Esperan también que el mandatario deguste la cerveza, cuya producción de marzo fue una edición especial dedicada a mujeres icónicas en la cultura popular colombiana y latinoamericana.

Los Espacios Territoriales de Capacitación tienen una vigencia determinada en los acuerdos de paz hasta el 15 de agosto de 2019.

Sus integrantes esperan poder seguir en estos lugares, que además de ser un nuevo hogar, se han convertido en semilleros de emprendimientos en la transición a la vida pacífica, si son apoyados por la sociedad en general.