Gobierno francés cede e inicia diálogo para calmar los ánimos

A fin de calmar a la población y evitar episodios de violencia tras el caos iniciado por los denominados “chalecos amarillos” en Francia, las autoridades iniciaron una ronda de consultas con líderes políticos representados en el Legislativo.

Todo comenzó en la residencia oficial del primer ministro, Édouard Philippe, el Palacio de Matignon, el lunes. El debate llegará a la Asamblea Nacional el miércoles y al Senado el jueves.

La subida de las tasas del carburante fue la causa de una serie de marchas, la última de ellas el sábado pasado con un total de 136 000 personas. Pese a no contar con los números de sus predecesoras, los destrozos fueron de tal magnitud que la alcaldía de París los ubica entre los 3 y 4 millones de euros en pérdidas.

Entre las posibles soluciones al problema está una moratoria al alza del impuesto, propuesta avalada por el primer secretario del Partido Socialista Olivier Faure.

El tiempo del diálogo terminó y la población exige medidas concretas, en ese discurso coincidieron Laurent Wauquiez, líder del principal partido opositor, el conservador Los Republicanos; la presidenta de la ultraderechista Agrupación Nacional, Marine Le Pen; y el dirigente de la centrista Unión de los Demócratas e Independientes, Jean-Christophe Lagarde.

El sábado fue un “día de furia”, como lo han catalogado algunos: 682 apresados a nivel nacional (412 en París) y 263 heridos, entre ellos 5 de gravedad y 81 agentes del orden, además de varios autos quemados y daños a la propiedad privada.

Pese al grado de vandalismo, la opinión pública se muestra a favor, con un apoyo del 72 % de los franceses a la causa según un sondeo de Harris Interactive difundido el mismo lunes.