Torotoro pide categoría de “Geoparque” ante la UNESCO

La reserva de Torotoro ha puesto sobre la mesa su candidatura, que desborda en méritos, para ser declarada un geoparque ante la UNESCO; el primero de Bolivia.

Aunque su extensión es relativamente pequeña en comparación (apenas unas 16.570 hectáreas), Torotoro es el hogar de cavernas cuyo fin todavía no se ha explorado, una especie de peces ciegos, un cementerio de tortugas, una ciudadela del imperio Inca y, por si fuera poco, huellas de 8 especies de dinosaurios.

Torotoro quiere unirse a la lista de geoparques de Suramérica, entre los que se encuentran ya Araripe, en Brasil; Comarca Minera y Mixteca Alta, en México; y Grutas del Palacio, en Uruguay.

Para tal propósito, la reserva, que además es hogar de unos 12.000 campesinos herederos del pueblo Charca, cuenta con el apoyo de la Universidad Federal del Rio Grande do Sul de Brasil, la cual, desde 2015, ha provisto de personal para elaborar el expediente científico de más de 500 millones de historia de la reserva.

Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en un geoparque "se gestionan sitios y paisajes de importancia geológica internacional" y se busca un desarrollo sostenible para su protección y para sensibilizar contra el cambio climático.

A Torotoro, cuyo nombre deriva de turu turu (“planicie de barro”, en quechua) se llega desde la ciudad de Cochabamba por una maltrecha carretera, en un trayecto de 130 kilómetros que demora cinco horas. El tiquete de entrada es de dolar y medio para bolivianos y seis dólares para ciudadanos extranjeros.