La carretera de montaña Trollstigen, en Rauma (Noruega) avanza ladera arriba como una zigzagueante y estrecha lengua de asfalto gracias a sus 11 recodos de 180 grados. En sus 106 kilómetros de recorrido salva una pendiente del 9%, atraviesa el paisaje del oeste del país como un pespunte gris sobre un fondo verde y ofrece vistas a cascadas, fiordos y valles. Lo circundan montes elevados con nombres majestuosos como Kongen (el Rey), Dronningen (la Reina) o Bispen (el obispo). Una vez arriba, hay un aparcamiento y a 10 minutos andando un mirador desde el que contemplar la cascada Stigfossen, con el agua cayendo más de 300 metros montaña abajo.