Su revés, tiros cruzados y ataques al otro lado para irse a la red no le sirvieron al suizo frente a un rival que se mueve ágilmente por todo el campo. Sus derechas hicieron el trabajo y quitaron influencia al vencedor de 2015, quien cedió el segundo con la misma premura del primero y volvió a perder su saque al comienzo del tercero. Todo estaba zanjado pues era cuestión de tiempo para observar a Nadal dejarse caer nuevamente sobre la arena que conoce tan bien, 12 años después de su primer triunfo, ahora a los 31 el español deja claro que todavía tiene mucho por ofrecer.