Encapuchados, los rebeldes de Maute, desfilaron en vehículos portando banderas negras del Estado Islámico, asaltaron edificios gubernamentales, prendieron fuego a la comisaría, un colegio, una cárcel y una iglesia, y secuestraron a un cura y a 13 feligreses.

En tanto, en Manila la gente salió a las calles para protestar contra la declaratoria de ley marcial, la cual consideran injustificada y un pretexto para futuras violaciones contra los derechos humanos por parte de Duterte.

El mandatario, conocido por sus políticas restrictivas, se comprometió a aplicarla solo en Mindanao, pero no descartó extenderla a nivel nacional o solicitar al Legislativo una ampliación de su límite de dos meses si fuere el caso.

El conflicto separatista islámico en Mindanao, que hasta ahora el Gobierno consideraba un tema local y donde Maute y Abu Sayyaf son las organizaciones yihadistas más activas hasta el momento, es un problema de hace 40 años que ha causado la muerte de entre 100 000 y 150 000 personas.