Imagen promocional de Cartivator. Cartivator.com

El encendido del pebetero suele ser el momento cumbre de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. En cada cita, los organizadores se esfuerzan en buscar la forma más original de prender la llama. Desde la flecha lanzada por Antonio Rebollo en Barcelona 92 -un momento inigualable- hasta el volador Li Ning en Pekín 2008, hemos visto casi de todo a lo largo de las últimas décadas.

Tokio 2020 no quiere ser menos. Quiere dar que hablar desde el primer día y se ha propuesto un objetivo que de lograrlo podría resultar realmente llamativo: que la llama olímpica la encienda un coche volador. Toyota lleva tiempo trabajando en el proyecto. El fabricante nipón ha anunciado que destinará algo más de 300.000 euros al proyecto en el que trabajan varios ingenieros.

"Queremos fabricar el coche de los sueños, un coche que haga soñar a las próximas generaciones, y para ello tenemos a un equipo trabajando incluso fuera de su horario laboral", ha dicho Tsubasa Nakamura, director técnico del proyecto, llamado Cartivator, que arrancó en 2012. Toyota pretende que ese coche soñado pueda comercializarse en 2025. En los planes de la compañía, en 2025 todo el mundo viajará en coches voladores.