La lucha contra la inmigración ilegal en Estados Unidos toma nuevo ímpetu. El secretario de Justicia, Jeff Sessions, indicó el lunes que las ciudades que no colaboren con el gobierno en el tema se les retirarán o recortarán fondos federales.

Para no perder dichos subsidios, tendrán que demostrar que cumplen con las leyes y persiguen a los inmigrantes con antecedentes policiales o que no cuenten con permisos de residencia.

Las ayudas a las que hizo referencia Sessions incluyen financiamiento para el equipamiento y entrenamiento del servicio policía local, estimados en US$ 4.100 millones para este año. Trump firmó en enero un decreto que restablecía los programas de cooperación entre la policía local y las autoridades migratorias federales en el que se prevé la suspensión de ayudas para las denominadas “ciudades santuario” que no respaldan la labor de Washington en este aspecto.

El intendente demócrata de Newark (Nueva Jersey), Ras Baraka, fue uno de los primeros en reaccionar. “Es desafortunado pero no sorprende que la Administración Trump haya respondido a la fuerte derrota sufrida en su intento por traerse abajo el Obamacare, con un ataque inmerecido contra las comunidades inmigrantes”.

El fiscal general del Estado de Nueva York, el demócrata Eric Schneiderman, llamó “antiamericana” a la política migratoria y dijo que seguiría ayudando a los gobiernos locales con “las herramientas que necesiten para proteger a sus comunidades inmigrantes”. “Pese a lo que el ministro Sessions quiso decir hoy por la tarde, la Constitución otorga amplia autoridad a los gobiernos locales y estatales, así como a las fuerzas de seguridad del lugar, para no participar en la aplicación de medidas migratorias federales”, señaló en un comunicado.