"Ir al baño no será tan torturante este invierno", dijo Guan Fuyuan, de 62 años, fumando un cigarrillo.

Hasta hace poco, como la mayoría de la gente en el condado de Peng'an, provincia de Sichuan, Guan no había tenido un tocador de interior. Expuestos a los elementos, el aseo comunitario cercano estaba mal en el verano, frío en el invierno y resbaladizo cuando se mojaba.

"Ahora tenemos un baño nuevo con un inodoro y un calentador", dijo con orgullo.

Guan es sólo uno de los beneficiarios de una campaña para instalar baños en 55 de los pueblos más pobres del condado.

La revolución del baño de China comenzó hace 12 años. De 2004 a 2013, 8,27 millones de yuanes se gastaron en instalaciones en algunas de las zonas más pobres del país, pero a pesar de los logros notables, todavía queda mucho camino por recorrer antes de que pueda considerarse un éxito.

Para Yueze Huoshi de la Prefectura Autónoma de Liangshan Yi, también en Sichuan, suroeste de China, el bosque de detrás de su casa es el inodoro de la familia. Muchas aldeas en la región montañosa no tienen ningún tocador en absoluto, y los aldeanos tienen que relevarse en el bosque – granice, llueva o brille el sol.

El gobiernador del condado, Li Aijun, dijo que con tanta gente local en la pobreza extrema, la prioridad había sido encontrar nuevas fuentes de ingresos y el problema del inodoro había sido en gran medida ignorado. Pero todo eso está listo para cambiar, con planes para construir al menos un baño público en cada aldea.

Algunas zonas "más acomodadas" de la prefectura tienen aseos, pero el ambiente es duro y los aseos un poco sofisticados.

Ada Moer, de 42 años, es una viuda que mantiene a su familia criando cerdos y aves de corral. Su inodoro es un pozo abierto al lado de la pocilga, cubierto con dos losas de piedra.

Are Rigu, jefe del municipio, dijo que la mayoría de los baños de los aldeanos se adjunta a las pocilgas o corrales de ganado. "La vida mejorará pronto, ya que la mayoría de los hogares han recibido una subvención gubernamental de 35.000 yuanes para construir nuevos hogares", dijo.

En la escuela primaria local, el director de escuela Baoji Saner dijo que aunque la ciudad está mejor equipada, sólo hay un baño - con seis pozos para niños y seis para niñas - para sus 600 estudiantes. "En el momento de la pausa, el baño es demasiado pequeño para que todos los estudiantes se alivien", dijo Baoji.

Con la ayuda de una subvención de 15.000 yuanes y la ayuda de sus vecinos, Gargo, de 72 años, se mudó a una nueva casa en Kalong Village a principios de este año.

En su acogedora casa de dos pisos situada frente a la ladera, está inmensamente complacida con su nuevo inodoro y lo mantiene impecablemente limpio. Pero eso es solo la mitad de la historia.

El inodoro no está conectado a un sistema de drenaje y los residuos se descargan simplemente a la hierba exterior. Gargo dijo que muchos otros aldeanos están en la misma situación, y nada se hace para tratar el asunto.

Liu Weijia, subdirector de la oficina de Sichuan para la lucha contra la pobreza, dice que la situación del inodoro está estrechamente ligada a la pobreza. Cuando la gente está luchando sólo para alimentarse a sí mismos, no tienen ni el deseo ni la capacidad de mejorar sus inodoros.

Hu Guangwei, profesor de la Universidad de Sichuan, dijo que el saneamiento rural es un campo de batalla clave en la guerra contra la pobreza.

"El día en que cada hogar en el campo tenga un aseo limpio y ecológico será probablemente el día en que podemos declarar la victoria sobre la pobreza", dijo Liu.