Los científicos aún están estudiando cómo se formó la cueva. "Estas cuevas suelen descubrirse en regiones extremadamente frías, como la Antártida o Siberia, pero la montaña Luya está a una latitud similar a la de Lísboa, en Portugal", dice Du.

La cueva está a media hora en automóvil de la cuenca superior del río Fenhe. Una vez, como experimento, se colocó un pajar en el fondo de la cueva y desapareció, y al día siguiente se descubrió en el río.

La caverna también tiene fisuras por las que entra el viento. El personal de la oficina las cierra durante el día por el bien de los turistas, y las desbloquea por la noche, afirma Du.

La cueva se abre a los visitantes de abril a octubre cada año y se permite el paso a 3.000 como máximo al día, añade.

En el pasado, los aldeanos utilizaban el hielo extraído de la cueva para usos medicionales. Sin embargo, para protegerla, tal conducta está hoy en día prohibida.