Un agente de bienes raíces presenta un proyecto de propiedad a los compradores potenciales en una feria de bienes raíces en Beijing, el 19 de septiembre de 2015.

Ya en 2007, los mercados financieros del mundo se enturbiaban con espasmos intensos de temor acerca de una nueva Gran Depresión, tuve cuidado con las tendencias y compré una propiedad. Consideré Hong Kong, donde había vivido, poniendo mi mirada en la isla de pescadores de Cheung Chau.

En su lugar, me lancé al torbellino y compré en Michigan, EE.UU. Siguieron noches de insomnio, pero la cartera se ha estabilizado y he podido relajarme un poco.

Cuando llegué a China tenía la esperanza de finalmente comprar aquí.

Pero pasó mi tiempo. Mis colegas compraron bien, pero hace unos años. Han visto el valor de su apartamento crecer diez veces. Una historia similar a la de un expatriado aquí por más de una década.

El de Beijing es un mercado candente y su asequibilidad está fuera del alcance del comprador modesto. Mejor considerar ciudades de tercer o cuarto nivel. De acuerdo con las nuevas estimaciones de China International Capital Corp, los nuevos precios de la vivienda casi se quintuplican en tres décadas.

Tal como yo lo entiendo, mientras que los EE.UU. y otros mercados se estaban recuperando, China creció masivamente. De acuerdo con un informe reciente, las principales ciudades de China vieron crecer los precios por decimoquinto mes consecutivo en julio, con una tasa de crecimiento que continúa acelerándose.

Algunos de estos grandes beneficios se han diversificado a nivel mundial, y en ese sentido el mercado inmobiliario de China se ha igualado al mundial.

El problema para algunos fuera de China es que ahora deben reconciliarse con la nueva dinámica de un nuevo "gran bateador" ayudando a remodelar las fuerzas del mercado en sus patios traseros.

Los programas de televisión del Reino Unido que veo informan de enormes cantidades de capital extranjero que fluye en Londres con la compra inmobiliaria, que aumenta los precios y fuerza a los trabajadores a mudarse a zonas cuyos precios también están aumentando. Hay un poco de pánico por "perder el tren" para aquellos que entran en el juego de las propiedades.

Los inversores están por todas partes, pero los multimillonarios rusos destacan junto a los chinos ricos. Por supuesto, las sucesivas oleadas de dinero nuevo haciendo subir los precios no son nada nuevo. Y no son el único factor. El dinero barato financiado por bajas tasas de interés, históricamente causadas por la flexibilización cuantitativa, chapoteando a lo largo todo el mundo que busca encontrar un hogar, es un importante factor.

Sin embargo, ya que los precios de la vivienda suben sin cesar, a nivel internacional, la búsqueda de los más pobres para comprar una vivienda -así como de los inversores para encontrar gangas-se torna más problemática.

Tengo una parcela en las Bahamas. Un multimillonario complejo de capital chino se ha construido sobre una isla vecina, a pesar de que está experimentando dificultades financieras para su apertura.

En Michigan, los chinos han comprado rascacielos en Detroit y decenas de miles de viviendas en la ciudad en recuperación.

También tengo un apartamento en Chipre y allí, también, leí sobre una afluencia de compradores chinos.

Últimamente, he visto muchos informes que advierten sobre la inminente crisis de la vivienda en el Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, y las llamadas en Nueva Zelanda para prohibir los compradores extranjeros. Un modelo proteccionista se puede estar formando. En el área metropolitana de Vancouver, Canadá, se ha introducido un nuevo impuesto a los compradores extranjeros.

Creo que la evolución de la influencia de China en la propiedad residencial global ha aumentado exponencialmente y continuará haciéndolo.

Pero no voy a comprar en Beijing y no lo recomendaría a amigos, y he aquí por qué: un colega chino me envió un enlace de hipotecas, y la burocracia es mortal.

De acuerdo con la base de datos de propiedad numbeo.com, las tasas de Beijing, como una de las ciudades más inasequibles para comprar en el mundo, están a la par de Londres como una de las ciudades más caras del mundo.

Puede seguir subiendo, por supuesto, pero el espacio para futuros aumentos importantes parece más limitado, y es posible que se den correcciones. Por comparación, y sólo como una de muchas alternativas, vi a un apartamento estudio de lujo chic en Provenza, Francia, anunciado por 58.000 dólares.

En un lugar de vacaciones establecido arriba en el mercado (valorado muy positivamente por los comentarios), que ofrece rendimientos brutos de alquiler del 11-14%. Numbeo, el proveedor más importante del mundo de información actual y oportuna sobre las condiciones de vida del mundo, proporciona en Beijing un 2,5% bruto. Los alquileres en la Provenza son gestionados por la compañía que maneja el complejo, y me puedo quedar siempre que quiera. Además, hay mercados especulativos como Cuba, donde los compradores estadounidenses no pueden comprar y donde otros extranjeros pueden adquirir actualmente sólo acciones restringidas, pero que promete una gran bonanza si alguna vez se abre completamente, como se ve posible. Así que... ¡lo siento Beijing!