Patrick Hardison, un bombero de Mississippi de 42 años, ha recibido el mayor trasplante de rostro del mundo. El hombre, que sufrió quemaduras graves tras quedar encerrado en un edificio en llamas, dijo que se sentía como "un tipo normal" por primera vez en 15 años. El hombre dice poder comer, ver, oír y respirar normalmente gracias a la operación que le realizaron el año pasado. Le crece el cabello y va al gimnasio dos veces por semana.

“Antes del trasplante, todos los días tenía que despertarme y decidirme a enfrentar el mundo", dijo Hardison. "Ahora no me preocupa que la gente me señale o que los chicos salgan corriendo. Soy feliz".