Gales no es sólo Bale. El primero que lo dice es él, que este sábado se encargó de abrir la fiesta con un tanto marca de la casa a balón parado. Luego fue el turno de Eslovaquia, que igualó la contienda a la hora de partido y, por momentos, dio la sensación de acercarse al triunfo final. Quedaba por ver la reacción de los galeses, que con fútbol y corazón retomaron el mando de la contienda y anotaron el definitivo 2-1 por medio de Robson-Kanu.