La marihuana estará disponible en las farmacias de Uruguay el año próximo, casi tres años después que el Parlamento haya votado una ley pionera a nivel internacional que regula la producción y comercialización de esa hierba.

Cada cigarrillo de cannabis costará a los usuarios registrados el equivalente a 1,20 dólares americanos, un precio que debe ser competitivo con el mercado ilegal, según reconocieron las autoridades.

Dos empresas fueron seleccionadas en una licitación convocada por el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) para cultivar hasta 2 toneladas anuales cada una que luego distribuirán a través de la cadena de farmacias.

Estos esperados anuncios realizados la noche del jueves se habían dilatado por el traspaso de gobierno entre José Mujica, propulsor de la ley de marihuana, y Tabaré Vázquez, quien asumió la presidencia en marzo y buscó minimizar los fallos de una implementación compleja.

CONSUMO REGULADO

Según la ley, la marihuana se puede obtener a través del cultivo personal (hasta seis plantas), los clubes de membresía (hasta 45 socios) y el expendio en farmacias.

El cultivo sin autorización tiene una pena de 20 meses a 10 años de penitenciaría.

Augusto Vitale, el presidente del IRCCA, estimó que el precio del cigarrillo de marihuana será de "un poco más" de 1 dólar, "pero no mucho más".

Sino no se puede "competir" con el precio de los narcotraficantes, advirtió Vitale.

El miércoles, en una comisión del Parlamento, el jerarca fue más preciso al indicar que el precio de cada cigarro de un gramo de marihuana "sería de aproximadamente 1,20 dólares".

"Esto se establece con base en un estudio del mercado ilegal y del producto del mercado ilegal", aclaró.

De acuerdo con la reglamentación de la ley, los usuarios, que deberán registrarse en el IRCCA, podrán comprar hasta 40 gramos por mes y no más de 10 gramos por semana.

El presidente de la Junta Nacional de Drogas (JND), Juan Andrés Roballo, dijo que próximamente se lanzarán campañas de "concientización" sobre "las consecuencias del consumo" de cannabis, similares a la que se aplican sobre el tabaco.

"La implementación de la ley de regulación de cannabis tiene como objetivo fundamental justamente eso, regularizar su consumo", explicó Roballo.

Se apunta a reducir "el daño, prevenir y abordar el consumo abusivo y problemático, sensibilizar a los diferentes actores de la sociedad sobre las consecuencias del consumo" y "contribuir en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado", agregó.

CULTIVO Y VENTA

Roballo anunció que se trabaja con el Centro de Farmacias para garantizar que estos comercios puedan ofrecer el producto una vez que se complete el proceso de producción, que insumirá ocho meses.

También señaló que hay un número alto de farmaceúticos interesados en vender la hierba.

En una licitación a la que se presentaron una veintena de firmas, las empresas Simbiosis e INCORP, ambas con participación de inversores uruguayos y extranjeros, fueran seleccionadas por el IRCCA para llevar a cabo el cultivo.

La plantación se realizará en un predio del ministerio del Interior, que se hará cargo de su seguridad, en el departamento de San José (sur), vecino a Montevideo.

Las firmas invertirán entre 600.000 y 800.000 dólares cada una.

EJEMPLO INTERNACIONAL

Milton Romani, secretario general de la JND, resaltó que con la regulación "intentamos una novedad en control y regulación de un mercado difícil".

"Lo que venimos haciendo hace 100 años no funciona, es una evidencia que rompe los ojos", sostuvo en declaraciones a la radio local Sarandí.

Uruguay competirá en precio y particularmente en la calidad del producto y su efecto en la salud del consumidor.

Recordó que el cannabis paraguayo que llega al mercado local tiene 52 sustancias tóxicas.

Desde Washington y Colorado, estados de Estados Unidos que aprobaron la venta de marihuana para uso recreacional, pidieron conocer de primera mano la experiencia uruguaya, destacó Romani.

"Ellos, fieles al pensamiento de Estados Unidos, instrumentaron un mercado libre, y ahora se dan cuenta de que deben controlarlo un poco más", comentó.

Mujica impulsó la legalización al considerar un fracaso la guerra a las drogas y apostó por un "experimento" que le robe parte del mercado al narcotráfico.