En invierno, unos arquitectos rumanos construyeron una iglesia de hielo en la cumbre de una montaña en Rumanía, el paisaje era muy santo y espectacular.
Los arquitectos construyeron la iglesia con el agua del lago Balai y puro hielo. Debido a lo accidentado del terreno, hay que tomar un teleférico para llegar a la iglesia. El sacerdote dijo que era un lugar tranquilo y santo, las personas podían orar y reunirse con alegría.
Dicen que en los últimos años, los arquitectos la reparaban y reconstruían cada invierno. Se han celebrado en ella muchas bodas y bautismos.