De acuerdo con su confesión, en mayo de 1944 Shirasu y otros dos soldados japoneses ataron a un civil chino y le sumergieron en un estanque boca abajo unos dos minutos en tres ocasiones durante una interrogación, ahogándolo.
La confesión de Shirasu constituye la decimotercera de una serie de 31 declaraciones escritas por parte de criminales japoneses de guerra y publicadas en la página web de dicha administración en conmemoración del 70º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial.