Eli es un bebé de cuatro semanas que adolece de una deformación congénita: no tenía nariz cuando nació. Dicen que sólo se han producido 43 casos de esta enfermedad desde 1931. Aunque falta una parte importante en su cara, su madre dice que Eli está bien.
Eli se vio obligado a respirar con su boca desde que nació, en el quinto día, el médico le hizo una traqueotomía para ayudarlo a respirar.
Debido a la deformación, Eli no produce ningún sonido cuando llora, por lo que su madre tiene que cuidarlo siempre. Además, su padre ha dicho que no iban a hacerle la cirugía plástica en este momento, pues después de que creciera tendría el derecho de decidir sobre su propio aspecto.