Los móviles han desterrado el concepto de horas muertas, aquella idea según la cual uno se quedaba tirado mirando al infinito sin hacer nada. Hoy en día siempre tenemos una pantallita que mirar, un post que leer o un mensaje que escribir. Siempre. No importa el momento, ni la situación… ni la urgencia, por desgracia, porque cada vez más dejamos de lado conversaciones, copas, cafés, e incluso películas para leer y responder a esos mensajes que no tienen ninguna urgencia, ante la mirada impaciente de nuestro interlocutor. Eso siempre siempre y cuando no se esté dedicando él a la misma tarea, claro.

El año pasado, el fotógrafo londinense Babycakes Romero capturó una serie de fotos en las que aparecía gente pegada a sus móviles cuando podrían estar charlando, disfrutando de una cena o simplemente mirando al vacío. El proyecto, titulado The Death of Conversation (La muerte de la conversación), se publicó en la web Bored Panda y convirtió a su autor en conferenciante en una charla TEDx.

Desde que se publicó esta serie de fotografías, el fotógrafo cree que aquel problema sólo ha empeorado, cada vez son más las personas que se escudan en sus teléfonos para evitar relacionarse. "Como los teléfonos inteligentes cada vez implican más y más facetas de la vida de la gente, todos están más y más centrados en ellos porque cada aspecto de su existencia ha sido digitalizado y se puede acceder a él 24 horas al día, siete días a la semana", explica el fotógrafo.