Al amanecer, se mezclan los ruidos de la labranza y el pulido de las rocas, de los pasos y de los rezos en la cantera ubicada a las orillas del río Songlinkou, los pedreros que vienen del pueblo Tagong y viven aquí se ocupan en encender el fuego y el generador y tender los cables para emprender los trabajos de escultura.

Hay una gran cantidad de esculturas en rocas a orillas del río Songlinkou, que incluyen no sólo esculturas de budas, dioses, figuras históricas, animales, aparatos religiosos y bogadas, sino también artículos de sutra y conjuros, los cuales muestran las preferencias y pensamiento particular de los pedreros de la zona tibetana. Tashi, un pedrero de 53 años que utiliza picadora de ángulo para este oficio, ha trabajado aquí dos años. Vive junto con otros pedreros en una tienda de campaña temporal, ellos comen y trabajan juntos y se sienten felices y orgullosos de este trabajo. Según Tashi, después del Año Nuevo, va a trabajar en el curso superior del río, que queda a unos kilómetros de distancia.

Las esculturas multicolores en las rocas han atraído a muchos creyentes, turistas y fotógrafos a venir para rendir homenaje, realizar viajes o escribir, formando un paisaje hermoso.