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spanish.china.org.cn | 25. 06. 2015 | Editor: Lety Du | [A A A] |
En la aldea Xidong de Puning de la provincia Guangdong, cada noche del 15 y cada tarde de 16 de enero del calentario lunar, se celebra una actividad especial para despedirse del ayer y recibir el mañana nuevo: “saltar el fuego”, que es una costumbre tradicional de esta aldea, pero nadie conoce su origen. Algunos dicen que se remonta a los finales de la dinastía Ming y a principios de la dinastía Qing, otros dicen que su origen es de la República de China. Aunque es difícil investigar su origen, los habitantes nunca cambian la creencia en el fuego. Al saltar el fuego, se quita todo malo y arranca un comienzo nuevo. Con respecto a los jóvenes, saltar el fuego significa que ya son adultos y deben luchar por la nueva vida con valor y firmeza.
Antes de saltar el fuego, existe otra ceremonia llamada “recibir el señor”, es decir, invitan al “señor” a salir del templo, y después los hombres lo llevan en litera y dan un recorrido a lo largo de la calle bajo la orientación de las diferentes banderas, faroles y tambores. Después de “recibir el señor”, se inaugura la actividad de saltar el fuego, que empieza desde el norte de la aldea hasta el oeste, el sur y el este, y finalmente regresa al norte. En todo el proceso, la gente debe saltar sucesivamente 10 acumulaciones de fuego.
Antes de saltar una acumulación de fuego hay una ceremonia ritual. Bajo la dirección de los mayores de la aldea, se expresan los deseos de los habitantes vía adivinación, después de ser aceptados por el “señor”, empieza la actividad formal. Después de la explosión de tres petardos, los mayores encienden la hoguera y el contingente salta el fuego: primero la gente con banderas, faroles y tambores, luego la litera del “señor” y los habitantes, y así termina el salto de una acumulación de fuego. Las otras 9 son de procedimiento similar. Durante la actividad, la gente camina por toda la aldea y se siente muy feliz. Después de saltar todas las acumulaciones de fuego, la gente lleva la litera del “señor” a seguir caminando en las calles principales de la aldea, y finalmente lo lleva al templo. Después, se apaga el fuego y se termina la actividad.
En los últimos años, esta acostumbre peculiar de saltar el fuego ha atraído mucha atención de los estudiosos tanto chinos como extranjeros. Según las investigaciones, esta costumbre quizás tiene su origen en el culto, respeto y temor del fuego de los antepasados de la etnia han que finalmente se ha transmitido hasta la actualidad.