la etnia toraja realiza funerales complejos y caros. Durante los meses de preparativos, el cuerpo se preserva en la casa familiar hasta el día del entierro, cuando se sacrifican búfalos y el cadáver “se levanta y camina” hasta su tumba.
la tribu yanomamö atribuye la muerte a maniobras de chamanes y demonios; por eso crema los cuerpos inmediatamente. Un año después, los familiares toman la ceniza en una sopa para transportar el alma hacia el paraíso.