El zoológico de Luján de Argentina ha sorprendido a sus visitantes al permitirles compartir con los animales que allí habitan. Las personas pueden acariciar el vientre de un tigre, frotar la nariz de un león y darle comida a un oso pardo boca a boca.
Algunos de los animales con los que la gente puede compartir en el Zoo de Luján son conocidos como depredadores muy temidos, famosos por su ferocidad e instinto natural de atacar a los humanos; sin embargo, desde su inauguración en el año 1994, no se han registrado ningún tipo de ataques por parte de los animales.
Algunos de sus visitantes afirmaron que los animales podrían actuar bajo el efecto de algún tipo de droga, pero el zoológico explica que la actitud de estos seres se debe a que desde que son cachorros se les enseña a ser tranquilos y desinteresados por la carne humana.
El zoo de Luján afirmó que han logrado mantener la mansedumbre de los animales, alimentándolos constantemente y así mantener la pasividad y calma.