El compromiso no impidió que Leo Messi aprovechara al máximo su estancia en una de las ciudades más románticas del mundo. Puesto que coincidió con el día de los enamorados, el futbolista viajó con su novia Antonella Rocuzzo y su hijo Thiago, los dos amores de su vida. Bien abrigados dadas las bajas temperaturas de la capital francesa, Leo y Antonella estuvieron un rato paseando por las calles más emblemáticas de la ciudad empujando el carrito de su bebé, que tiene poco más de tres meses.