A las compradoras de óvulos, por lo general mujeres infértiles, se les pregunta si pueden suministrar el esperma de su esposo para fertilizar los embriones y, una vez concretado este paso, se les implanta en su cuerpo, puntualizó el periódico.
Pero el proceso puede poner en peligro a las donantes de óvulos por los riesgos que representa para su salud someterse a una cirugía practicada por doctores sin licencia.
La venta de óvulos humanos está prohibida por las leyes chinas, por lo cual la clínica fue cerrada el martes por las autoridades de Shenzhen, pero el caso está aún bajo investigación.