Los críticos han urgido a su cierre para poner fin a la “humillación” que supone para la cultura materializada en el antiguo edificio.

“¿Debe la cultura china antigua dar paso a una atmósfera occidental y comercial? Starbucks debería intentar abrir una tienda en el Big Ben de Londres”, afirma un usuario del microblog Weibo, llamado Zhixiang.

“Así que hoy podemos abrir un café occidental cerca de un templo budista, ¿por qué no abrir mañana una casa de masajes o un ‘sex shop’ cerca?”, afirmaba otro de los comentarios críticos.