"Las bolas de cristal parecen vidrio roto, alrededor de 20 esferas completas, estoy seguro de que no estaban en mi patio antes de la llegada del granizo. Nunca he visto tal cosa", dijo el británico Stephen Hornsby, quien sospechaba que se trata de un producto de la contaminación del aire.
El 26 de enero, después de una caída de granizo, aparecieron en el jardín del británico Hornsby docenas de "gránulos de hielo azules" cuyo origen es aún incierto.
Según recordó Hornsby, después del granizo, se encontró con unas bolas de cristal en su jardín y tomó una parte de ellas y luego las echó en una vasija para una inspección más cercana.
Josh Pegg, asistente de investigación de la Universidad de Bournemouth, sospechó que estos cristales pueden ser unos huevos de "seres invertebrados marinos". Pinney, de la Asociación Meteorológica, consideró que estos granos de hielo pequeños debieron llegar con cúmulos de nubes, que aparecen a menudo por el clima de convección, cuando las corrientes convectivas que ascienden rápidamente a veces puede formar un pequeño tornado y algunas criaturas marinas o objetos en el suelo pueden ser sorbidos hacia las nubes. Dichos elementos no vuelven al mar o la tierra hasta que se producen lluvias, nieve o granizo.
El descubrimiento de Hornsby fue publicado en internet y causó un encendido debate entre los aficionados de los ovnis. Incluso algunos dicen que estas bolitas de hielo "pertenecen a seres extraterrestres”.