En ese momento, en los países avanzados como América del Norte, el Japón y los de Europa estaban prohibidas dichas operaciones por la presión social. Mientras en Tailandia, el pensamiento social estaba más abierto, el trabajo y representación sexual tenía garantía de la ley. La mayor parte de los trabajadores sexuales son mujeres. Tampoco había estipulados explícitos para prohibir las operaciones de cambio de sexo. Y la ley no ejercía bastante control al análisis de la gana espontánea de cambio de sexo. Además, eran más fácil las operaciones para convertir un hombre a mujer. Solo necesitaba una fase sin hacer muchas cicatrices visibles.