Cuando la remota aldea Erping, con sus verdes montañas y ríos de aguas claras, queda cubierta por una gruesa niebla que sube desde el profundo valle, tal parece como un retiro de ficción del bullicioso mundo actual.
Pero protegida por las montañas y sin transporte público, la aldea está aislada y sumida en la pobreza. Muchos aldeanos aún viven en chabolas de adobe.
Los niños de la aldea no deben realizar un ejercicio mental, sino también físico, para acceder a la educación.
La escuela primaria de la aldea Erping, bautizada por los locales como “escuela precipicio”, fue construida en una cima que los aldeanos dicen solo un mono puede alcanzarla. La escuela se localiza cerca de la aldea Wushidaqiao, en la prefectura autónoma Yi de Liangshan, en la suroccidental provincia china de Sichuan.
La escuela tiene solo dos profesores: Li Guilin y Lu Jianfen, una pareja que ha impartido clases a los niños de Erping durante casi 21 años.
En 1990, después de que la escuela suspendiera las clases por más de 20 años, el gobierno de Wushidaqiao decidió reabrirla. No obstante, existía el temor de que la escuela, ubicada sobre la cima de una montaña a más 2,800 metros de altura, no pudiera atraer a potenciales maestros.
Además, a los interesados se les pagaría apenas 100 yuanes mensuales (15,4 dólares estadounidenses), cuando el pago promedio entonces era de 200 yuanes al mes.