James Hyatt, inglés de 4 años de edad actualmente, encontró un colgante de oro del siglo XVI cuando utilizaba por primera vez el detector de metales de su abuelo. El hallazgo podría tener un valor de millones de libras esterlinas.

En mayo de 2009, James, británico de 3 años en aquel entonces, preguntó a su abuelo sobre el detector de metales. El abuelo, junto con su hijo y nieto, se pusieron a buscar objetos en Hockley, cerca de Southend, en Inglaterra.

James empezó la búsqueda con un detector metálico que era más grande que él. Minutos después, el instrumento emitió el sonido que indicaba la existencia de materiales metálicos bajo tierra. Excavaron unos 20 centímetros bajo el barro hasta que vieron un brillo metálico y sacaron con cuidado el objeto. “Seguimos la excavación y vimos esta cosa brillante. Fue increíble. Miré hacia los alrededores, y pensaba que era una broma pesada”, dijo el padre, Jason, un diseñador de páginas web.

Jason y el abuelo estaban muy emocionados. El abuelo es aficionado a buscar tesoros con los detectores de metales, pero no había encontrado nada durante los últimos 15 años. Jason dice: “Mi hijo es una de las personas más afortunadas del mundo.”

Después de una limpieza, el objeto hallado mostró su verdadera apariencia. Se trataba de un colgante de oro. Jason se dio cuenta de que era posiblemente una antigüedad. Se puso en contacto con el Instituto de Arqueología de Essex y el Museo Británico para comprobarlo. De acuerdo con el resultado del examen, el colgante tiene un 73 por ciento de oro.

Expertos del Museo Británico creen que el propietario de la joya era una persona de condición social elevada. “Quizás pertenecía a un miembro de la jerarquía eclesiástica o de la familia real (...) y perdieron la joya mientras cazaban”, explica Jason.