Durante décadas, los turistas han visitado los chapiteles entrelazados de la icónica iglesia de la Sagrada Familia de Barcelona. Tras 128 años de trabajos de construcción y polémicas arquitectónicas y políticas, los oficios religiosos ya han comenzado de forma regular..
El Papa Benedicto XVI consagró oficialmente la iglesia diseñada por el arquitecto Antoni Gaudí, convertida ya desde hace tiempo en símbolo universal de Barcelona y Cataluña, y la elevó al rango de basílica.
El Papa consagraró la Sagrada Familia durante su visita al norte de España la semana pasada, donde el sábado también acompañó a los peregrinos en la Catedral de Santiago de Compostela.
Aunque todavía queda mucho trabajo por hacer en la intrincada y colorida Sagrada Familia, las obras ya están lo suficientemente avanzadas para iniciar el culto,incluyendo las vidrieras de colores.
Jordi Bonet Armengol, arquitecto jefe de la basílica y séptimo sucesor de Gaudí, confía en que la visita del Papa brinde el impulso necesario para finalizar la obra.
Siguiendo las instrucciones de Gaudí, quien falleció en 1926 y está en proceso de beatificación, la construcción se ha estado financiando únicamente con donaciones privadas de los feligreses y el pago de entrada para visitar las obras.
Durante la visita del Papa, numerosos colectivos protestaron en la calle contra la llegada del pontífice. Colectivos homosexuales mostraron su rechazo a la llegada del Papa besándose al paso de la comitiva papal en el centro de la capital catalana, como forma de protestar contra las posiciones de la Iglesia con respecto al matrimonio entre personas del mismo sexo, vigente en España. Otras personas protestaron contra los trastornos y el costo que ha ocasionado para las arcas públicas el evento.
Pero los católicos devotos dijeron estar entusiasmados por la consagración.
"Existe todo tipo de protestas, pero vivimos en una democracia y debe dejarse a los creyentes disfrutar de este acontecimiento”, manifestó Petita Martin, de 68 años de edad, quien se sintió desilusionada por haberle sido imposible asistir a la misa.
"La Sagrada Familia es una joya y una muy buena imagen para Barcelona", aseguró.
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