Para apreciar la belleza de los ginkgos se puede visitar el templo Dajuesi, un silencioso refugio a los pies de Xishan -las Colinas Occidentales-, en el distrito de Haidian. Este lugar religioso tiene más de mil años de historia y es famoso por sus ginkgos, que son más antiguos que el templo mismo.
Se dice que el más antiguo de los árboles fue plantado en la dinastía Liao (907-1125). En el patio del templo hay otro árbol milenario que tiene nueve árboles más pequeños a su alrededor. Sus ramas están entrelazadas, de aquí que sean denominados ‘Los nueve hijos abrazando a su madre’.
Ésta es una experiencia muy distinta a la que se puede vivir entre la muchedumbre que invade Xiangshan, donde es muy probable acabar contando visitantes en vez de apreciar las hojas de arce. En Dajuesi, uno se puede relajar a la sombra de los ginkgos mientras la brisa calma la mente o sentarse en la casa de té del templo y disfrutar de la vista, rodeado de una serenidad que en nuestros días se ha convertido en un lujo para los habitantes de la jungla de asfalto. Los aficionados a la fotografía no quedarán decepcionados: el templo ofrece innumerables ángulos para capturar la belleza de los ginkgos.
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